L D (Agencias) Así lo anunció en el Congreso el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que explicó que este saldo fue resultado de unos ingresos por 117.536 millones de euros (el 12,7 por ciento más) y unos pagos por 102.665 millones (el 0,1 por ciento más).
En términos de caja –que contabiliza los ingresos y gastos cuando se efectúan y no cuando se comprometen, como hace la contabilidad nacional–, el Estado registró un superávit hasta noviembre de 11.209 millones de euros, el 247,8 por ciento más.
Este resultado en contabilidad nacional se debe en gran parte a la buena evolución de los ingresos impositivos, pero también al adelanto de las retenciones por IRPF ingresadas por las autonomías y al menor número de devoluciones en el Impuesto de Sociedades.
Los impuestos directos se elevaron hasta los 82.313 millones de euros, el 17,9 por ciento más, con notables incrementos en el IRPF y en el Impuesto de Sociedades. Los ingresos por impuestos indirectos alcanzaron los 67.148 millones de euros, el 9,3 por ciento más que en el mimo periodo del año anterior, mientras que en el IVA la recaudación ascendió hasta los 48.002 millones de euros, el 11,3 por ciento más.
Además, los impuestos especiales ascendieron a 16.572 millones de euros, el 3,4 por ciento más, destacando la recaudación del Impuesto sobre Hidrocarburos (9.333 millones), que está prácticamente estancada (sólo crece el 0,9 por ciento); mientras que se incrementó el 7,7 por ciento la del Impuesto sobre las Labores del Tabaco (5.408 millones) debido al acaparamiento que se produjo antes de la subida fiscal.
En cuanto a los pagos no financieros, alcanzaron los 108.561 millones de euros, lo que representó un incremento interanual del 5,6 por ciento. Los pagos por gastos de personal se elevaron hasta los 17.969 millones de euros, lo que supuso un incremento del 6,5 por ciento, debido principalmente a los pagos efectuados a las clases pasivas para financiar la paga extra por desviación del IPC.
Los gastos en bienes corrientes y servicios ascendieron a 2.754 millones de euros, el seis por ciento menos que en 2004, como consecuencia del descenso de los gastos electorales. Los gastos financieros alcanzaron los 17.568 millones, con un incremento del 7,5 por ciento, debido a los cambios de calendario de vencimiento en los intereses de la deuda.
Las transferencias corrientes crecieron hasta noviembre el tres por ciento, consecuencia de la mayor aportación española al presupuesto de la UE y a las transferencias a las Administraciones Territoriales. En operaciones de capital destacó el importante aumento del 24,1 por ciento de los pagos destinados a financiar las inversiones reales, especialmente los realizados en inversiones civiles.