L D (Agencias) La polaridad política y social que domina Bolivia, el país más pobre del subcontinente y víctima de una grave crisis, ha llevado a que esta jornada electoral sea observada por la comunidad internacional como trascendental.
Se da casi por seguro que Morales será el candidato más votado, pero necesita superar el umbral del 50 por ciento de los votos para acceder directamente a la presidencia. Si no lo consigue, como apuntan las encuestas, será el Congreso el que tenga la última aprobada ya que la Constitución boliviana exige el refrendo del parlamento en caso de que un candidato no logre la mayoría absoluta.
Aunque Morales ha anunciado que acatará la decisión del Congreso, desde de su partido Movimiento Al Socialismo ya se han lanzado mensajes llamando a la revuelta en caso de no conseguir el poder por las urnas. Alguno de sus dirigentes ha amenazado con incendiar el Congreso si no eligen al indigenista, y el temor a un enfrentamiento civil inunda la sociedad boliviano.
Con referentes políticos como Chávez y Castro y un mensaje presidido por un antiamericanismo primario y un deprecio absoluto por el sistema de mercado y la propiedad privada, una victoria del líder indigensita supondría un paso decisivo en la desestabilización de la región y el proceso de involución democrática que padece Sudamérica, inmersa en una deriva hacia el populismo de extrema izquierda.
Expectación internacional
Este proceso "definirá la suerte de todos nuestros países", manifestó el sábado en La Paz el titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, el argentino Carlos Alvarez. "Lo que va a ocurrir (en Bolivia) es de profunda gravitación en el conjunto de la región", agregó Alvarez.
El secretario general de la Comunidad Andina, Allan Wagner, matizó este argumento al comentar que "en los próximos meses habrá elecciones generales en todos los países andinos, en Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela". "Lo que acontezca en Bolivia, tanto en los temas fundamentales como por las elecciones en todos ellos, es extremadamente importante", dijo en referencia a las naciones vecinas.
Los países andinos son especialmente sensibles al caso boliviano, dado que Ecuador, también eminentemente indígena, padece una fuerte crisis institucional y, en Perú, la pujante figura del candidato Ollanta Humala, un ex comandante que aspira a ganarse el voto de los decepcionados, amenaza con desplazar a los políticos tradicionales.
En Colombia, por contra, se da por hecha la reelección del conservador Alvaro Uribe, mientras en Venezuela planea la permanencia del díscolo Hugo Chávez. Los dirigentes de la CAN y Mercosur coincidieron en que este domingo es un día "crucial" para la región, argumento que compartieron con el jefe de la misión de observadores de la Organización de Estado Americanos (OEA), el colombiano Horacio Serpa.
El secretario general de la Comunidad Andina, Allan Wagner, matizó este argumento al comentar que "en los próximos meses habrá elecciones generales en todos los países andinos, en Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela". "Lo que acontezca en Bolivia, tanto en los temas fundamentales como por las elecciones en todos ellos, es extremadamente importante", dijo en referencia a las naciones vecinas.
Los países andinos son especialmente sensibles al caso boliviano, dado que Ecuador, también eminentemente indígena, padece una fuerte crisis institucional y, en Perú, la pujante figura del candidato Ollanta Humala, un ex comandante que aspira a ganarse el voto de los decepcionados, amenaza con desplazar a los políticos tradicionales.
En Colombia, por contra, se da por hecha la reelección del conservador Alvaro Uribe, mientras en Venezuela planea la permanencia del díscolo Hugo Chávez. Los dirigentes de la CAN y Mercosur coincidieron en que este domingo es un día "crucial" para la región, argumento que compartieron con el jefe de la misión de observadores de la Organización de Estado Americanos (OEA), el colombiano Horacio Serpa.
Doscientos observadores internacionales
Más de 3,6 millones de bolivianos elegirán en las urnas al presidente, vicepresidente, 130 diputados, 27 senados y, por primera vez en su historia, a los nueve prefectos o gobernadores regionales, que hasta ahora eran designados a dedo por el mandatario.
Estos comicios serán supervisados por 200 observadores internacionales, un despliegue sin precedentes que responde a la tensa situación por la que atraviesa Bolivia desde 2003, cuando González Sánchez de Lozada abandonó la Presidencia por la presión social.
Más de 3,6 millones de bolivianos elegirán en las urnas al presidente, vicepresidente, 130 diputados, 27 senados y, por primera vez en su historia, a los nueve prefectos o gobernadores regionales, que hasta ahora eran designados a dedo por el mandatario.
Estos comicios serán supervisados por 200 observadores internacionales, un despliegue sin precedentes que responde a la tensa situación por la que atraviesa Bolivia desde 2003, cuando González Sánchez de Lozada abandonó la Presidencia por la presión social.
Las protestas y bloqueos de octubre de aquel año se saldaron con la muerte de 60 personas en la ciudad de El Alto a manos de los militares. Su sucesor constitucional, el entonces vicepresidente Carlos Mesa, no tuvo mejor suerte y tras meses de tensiones el Congreso aceptó su renuncia en junio pasado. Eduardo Rodríguez heredó la Presidencia desde la Jefatura de la Corte Suprema, convocó a elecciones anticipadas y prometió una Asamblea Constituyente y un referéndum autonómico para julio próximo.
A pesar de que estas medidas calmaron los ánimos, la polaridad social se ha mantenido, como ha quedado demostrado en la campaña. Evo Morales, también uno de los instigadores de las protestas, parte como favorito a ganar los comicios. Morales cuenta con un 34,2 por ciento del apoyo popular, según los sondeos que a su principal rival, el conservador Jorge "Tuto" Quiroga, le otorgan el 29,2 por ciento. Desde que esta nación, que cuenta con el récord de 200 golpes de Estado a lo largo del siglo XX, recuperó su democracia en 1982, los sucesivos gobiernos se han caracterizado por constituirse mediante alianzas entre partidos tradicionales, hoy día muy desprestigiados.
A pesar de que estas medidas calmaron los ánimos, la polaridad social se ha mantenido, como ha quedado demostrado en la campaña. Evo Morales, también uno de los instigadores de las protestas, parte como favorito a ganar los comicios. Morales cuenta con un 34,2 por ciento del apoyo popular, según los sondeos que a su principal rival, el conservador Jorge "Tuto" Quiroga, le otorgan el 29,2 por ciento. Desde que esta nación, que cuenta con el récord de 200 golpes de Estado a lo largo del siglo XX, recuperó su democracia en 1982, los sucesivos gobiernos se han caracterizado por constituirse mediante alianzas entre partidos tradicionales, hoy día muy desprestigiados.