L D (EFE) El cuadro de Manuel Pellegrini encontró desde el principio muchas dificultades para superar la buena ubicación de la que hizo gala el Benfica desde el inicio. Un centro del campo muy sólido y una segura defensa fueron la base del equipo de Ronald Koeman ante un rival muy inseguro en defensa y que pasó muchos apuros con las incursiones de Simao, Nuno Gomes y Geovanni. Mientras que el meta uruguayo Viera tuvo que emplearse a fondo en distintas ocasiones, la portería del Benfica fue noticia por la lesión de su guardameta Quim -que fue sustituido en el minuto 29-, más que por las ocasiones de gol creadas por el Villarreal, que fueron escasas.
La presión a la que fue sometido Riquelme fue una de los motivos por los que el Villarreal cometió numerosas pérdidas de balón, un aspecto muy poco habitual. Con un Benfica muy sólido se llegó al descanso con la única buena noticia para el equipo español de que el mejor juego de su rival no se materializó en gol alguno en la portería de Viera, ya que en el tramo final de este período el control y el dominio del equipo se Koeman se acentuó.
El Villarreal saltó al campo en el segundo tiempo con un ánimo bien distinto. En los cinco minutos de la reanudación, la portería lusa pasó por más apuros que en todo el anterior período. Los locales cambiaron el decorado del partido y de dominados pasaron a ser claros dominadores del choque. Ante el cambio de guión, el Benfica buscó en el contragolpe la forma de hacer daño al Villarreal, aunque la aparición de Riquelme se convirtió en un serio problema para el conjunto lisboeta. Una espectacular asistencia del argentino a Cazorla se encontró con una no menos brillante intervención del meta Rui Nereu.
Ahora era el equipo portugués el que sufría y, tras una ocasión del uruguayo Diego Forlán que nuevamente detuvo Rui Nereu, un penalti cometido sobre Juan Pablo Sorín fue aprovechado por Riquelme para abrir el marcador en el minuto 70. Pero poco le duró al Villarreal la alegría, pues Manuel Fernandes, siete minutos después, largó un potente disparo desde la frontal izquierda del área ante el que nada pudo hacer Viera. El gol desequilibró al Villarreal, que volvió a pasar momentos de apuros. De hecho en el tramo final, el conjunto portugués volvió a hacerse con las riendas del partido y cerca estuvo de conseguir un mejor resultado.
La presión a la que fue sometido Riquelme fue una de los motivos por los que el Villarreal cometió numerosas pérdidas de balón, un aspecto muy poco habitual. Con un Benfica muy sólido se llegó al descanso con la única buena noticia para el equipo español de que el mejor juego de su rival no se materializó en gol alguno en la portería de Viera, ya que en el tramo final de este período el control y el dominio del equipo se Koeman se acentuó.
El Villarreal saltó al campo en el segundo tiempo con un ánimo bien distinto. En los cinco minutos de la reanudación, la portería lusa pasó por más apuros que en todo el anterior período. Los locales cambiaron el decorado del partido y de dominados pasaron a ser claros dominadores del choque. Ante el cambio de guión, el Benfica buscó en el contragolpe la forma de hacer daño al Villarreal, aunque la aparición de Riquelme se convirtió en un serio problema para el conjunto lisboeta. Una espectacular asistencia del argentino a Cazorla se encontró con una no menos brillante intervención del meta Rui Nereu.
Ahora era el equipo portugués el que sufría y, tras una ocasión del uruguayo Diego Forlán que nuevamente detuvo Rui Nereu, un penalti cometido sobre Juan Pablo Sorín fue aprovechado por Riquelme para abrir el marcador en el minuto 70. Pero poco le duró al Villarreal la alegría, pues Manuel Fernandes, siete minutos después, largó un potente disparo desde la frontal izquierda del área ante el que nada pudo hacer Viera. El gol desequilibró al Villarreal, que volvió a pasar momentos de apuros. De hecho en el tramo final, el conjunto portugués volvió a hacerse con las riendas del partido y cerca estuvo de conseguir un mejor resultado.
Ficha técnica del partido
Villarreal, 1: Viera; Kromkamp, Gonzalo, Arzo, Arruabarrena (Josico, m.46); Cazorla, Tacchinardi (Roger, m.84), Sorín, Riquelme; José Mari (Figuera, m.79) y Forlán
Benfica, 1: Quim (Rui Nereu, m.29); Nélson, Luisao, Anderson, Rocha; Petit, Karagounis (Karyaka, m.65), Manuel Fernandes, Simao; Geovanni (Beto, m.90) y Nuno Gomes
Goles: 1-0, m.70: Riquelme, de penalti; 1-1, m.77: Manuel Fernandes
Árbitro: Florian Meyer (Alemania). No mostró tarjetas
Incidencias: Partido de la tercera jornada del grupo G de la Liga de Campeones disputado en el estadio de El Madrigal ante unos 23.000 espectadores Benfica, 1: Quim (Rui Nereu, m.29); Nélson, Luisao, Anderson, Rocha; Petit, Karagounis (Karyaka, m.65), Manuel Fernandes, Simao; Geovanni (Beto, m.90) y Nuno Gomes
Goles: 1-0, m.70: Riquelme, de penalti; 1-1, m.77: Manuel Fernandes
Árbitro: Florian Meyer (Alemania). No mostró tarjetas