LD (Agencias) La demanda interna se ha mantenido en el mismo nivel de crecimiento interanual de abril a junio, en el 6 por ciento. Pero el saldo negativo del sector exterior se ha corregido en una décima, hasta el 2,6 por ciento, que es lo que aumenta el crecimiento interanual en el segundo trimestre. La mejora de la aportación exterior se produce pese a una aceleración de las importaciones, gracias a que las exportaciones han dejado de caer y aumentaron de abril a junio un 1,9 por ciento.
El crecimiento intertrimestral fue del 0,9 por ciento, idéntico al que se registró a lo largo de los tres primeros meses del año. Estos datos revelan un "perfil suavemente acelerado" de la actividad económica, según la nota del Instituto Nacional de Estadística.
La demanda interna se mantiene a buen ritmo, especialmente gracias a la inversión, que creció un 7,5 por ciento, y dentro de esta a los bienes de equipo, que se han estado importando fuertemente y crecen en un 10,4 por ciento, cuatro décimas más que el período anterior. La construcción se acelera levemente, ya que del 5,7 por ciento de crecimiento del primer trimestre se pasa al 5,8 por ciento. El consumo privado mantiene su crecimiento en el 4,8 y el público se modera, del 5,5 al 4,6 por ciento.
El coste laboral crece menos que el deflactor del PIB
Valorado a precios corrientes, el PIB creció un 7,7 por ciento en el segundo trimestre de 2005, lo que arroja un crecimiento del deflactor implícito del 4,2 por ciento, la misma tasa que en el periodo anterior. El deflactor del PIB es una medida de la evolución de los precios, paralela al IPC.
El empleo en contabilidad nacional creció el 3,2 por ciento interanual ya que se crearon 547.000 puestos de trabajo a tiempo completo en el curso de los últimos doce meses. La productividad, que es una de los objetivos económicos de este gobierno, se desacelera al crecer una décima menos que en el trimestre anterior, en el 0,2 por ciento. La remuneración de los asalariados mostró un crecimiento acelerado del 6,3 por ciento, tres décimas más, gracias al incremento del número de asalariados. Por otro lado, el coste laboral unitario se incrementó una décima, hasta el 2,5 por ciento, situándose 1,7 puntos por debajo del deflactor del PIB.