L D (EFE) Los eternos rivales milaneses, lógicamente, se conocen muy bien. Por ello las sorpresas eran más que difíciles. De ahí que el técnico milanista, Carlo Ancelottti, pusiera a los habituales, devolviendo al capitán Paolo Maldini a su otrora habitual posición en el lateral izquierdo para dar entrada en el centro de la zaga al holandés Jaap Stam. Roberto Mancini, entrenador del Inter, castigado por la lesión de su estrella goleadora brasileña Adriano y la recuperación muy justa en el tiempo de Christian Vieri, se decantó por alinear un ataque con dos puntas: el argentino Julio Cruz y el nigeriano Obafemi Martins.
Mancini deseaba romper a la defensa milanista con la velocidad y rapidez de Martins y el trabajo en apoyos al centro del campo de Cruz. Y es que al teórico mayor y mejor toque del Milán, deseaba anteponer balones largos y verticalidad. Pero, sobre todo, lo que imperó sobre el terreno de juego fue una gran atención y líneas muy juntas en ambos lados, en el deseo de maniatar y no conceder espacio al rival. Eso sí, de salida fue el Inter quien se mostró más entonado. Y del equipo neroazzurro, en sus temidas acciones a saque de falta, fueron las primeras y casi únicas acciones de gol del primer tiempo: lanzamientos de Sinisa Mihjalovic (m.10) y de Verón (m.35) que fueron despejados a córner por el meta Dida, soberbio en la primera ocasión. El meta brasileño, una vez más, mantenía vivo al Milán, como evidenció nuevamente en el minuto 44 en un disparo de Julio Cruz.
El equipo rossonero estaba menos brillante y su pareja atacante formada por Shevchenko, que volvía a jugar tras 46 días de baja por su doble fractura en la cara, y el argentino Hernán Crespo lo pagaban estando muy opacos ya que no eran servidos, pues ni Kaká ni Pirlo parecían en vena. Pero ante el Milán, equipo además últimamente con suerte, es pecado relajarse un instante o tener un momento de despiste. Se evidenció en la última acción del primer tiempo cuando Stam, en su primer derbi milanés, remató de cabeza al fondo de las mallas un saque de falta botado por Andrea Pirlo, llegado en una ingenua falta de Julio Cruz casi en el medio campo.
Los primeros instantes del segundo período vieron ya cómo había cambiado el partido con el gol psicológico de Stam: control de un Milán más a gusto y tranquilo al tener el marcador en su favor, y que incluso acarició su segundo tanto. Por lo que Mancini se decidió a incluir a Vieri (m.54) por Julio Cruz. Y encogimiento interista. Vieri, que llevaba varias semanas sin jugar por una lesión muscular, se mostró más pujante en ataque y, además, al jugar más cerca de la meta rival permitió un mayor recorrido a Martins. Pero el Inter parecía incapaz de marcar, ni siquiera por medio de un Mihjalovic que desaprovechó apetitosos saques de falta.
En el minuto 70, el griego Karagounis entró en el Inter por un decepcionante Verón, mientras que en el Milán el georgiano Kaladze lo hacía por un Nesta con problemas musculares. Poco después, llegó la aparente puntilla del Milán. Nuevamente en acción a balón parado con saque de falta a cargo de Pirlo y nuevamente en remate de cabeza. Cambió el autor, que fue Shevchenko, confirmándose como verdugo del Inter, pues suyo fue el tanto que hace dos años dio el pase a su equipo a la final en el derbi milanés europeo. Además, con su tanto de cabeza, Shevchenko evidenciaba su gran carisma, pues en su vuelta, tras el duro y muy doloroso cabezazo que le produjo la doble fractura, fue al remate sin miedo ni reparo alguno.
El 2-0 hundió moralmente al Inter y, seguidamente, Ancelotti intentó amarrar más con la entrada de un centrocampista (Massimo Ambrosini) por un delantero (Hernán Crespo). El balón de oxígeno para las esperanzas interistas pudo llegar a tres minutos del final, cuando Stankovic estrelló lateralmente un disparo en el poste derecho de la meta de Dida. Poco después, Toldo salvó el 3-0 ante un disparo de Shevchenko. Todo estaba acabado y el Milán, sin hacer nada grande, se llevaba un triunfo que le acerca a semifinales.
Mancini deseaba romper a la defensa milanista con la velocidad y rapidez de Martins y el trabajo en apoyos al centro del campo de Cruz. Y es que al teórico mayor y mejor toque del Milán, deseaba anteponer balones largos y verticalidad. Pero, sobre todo, lo que imperó sobre el terreno de juego fue una gran atención y líneas muy juntas en ambos lados, en el deseo de maniatar y no conceder espacio al rival. Eso sí, de salida fue el Inter quien se mostró más entonado. Y del equipo neroazzurro, en sus temidas acciones a saque de falta, fueron las primeras y casi únicas acciones de gol del primer tiempo: lanzamientos de Sinisa Mihjalovic (m.10) y de Verón (m.35) que fueron despejados a córner por el meta Dida, soberbio en la primera ocasión. El meta brasileño, una vez más, mantenía vivo al Milán, como evidenció nuevamente en el minuto 44 en un disparo de Julio Cruz.
El equipo rossonero estaba menos brillante y su pareja atacante formada por Shevchenko, que volvía a jugar tras 46 días de baja por su doble fractura en la cara, y el argentino Hernán Crespo lo pagaban estando muy opacos ya que no eran servidos, pues ni Kaká ni Pirlo parecían en vena. Pero ante el Milán, equipo además últimamente con suerte, es pecado relajarse un instante o tener un momento de despiste. Se evidenció en la última acción del primer tiempo cuando Stam, en su primer derbi milanés, remató de cabeza al fondo de las mallas un saque de falta botado por Andrea Pirlo, llegado en una ingenua falta de Julio Cruz casi en el medio campo.
Los primeros instantes del segundo período vieron ya cómo había cambiado el partido con el gol psicológico de Stam: control de un Milán más a gusto y tranquilo al tener el marcador en su favor, y que incluso acarició su segundo tanto. Por lo que Mancini se decidió a incluir a Vieri (m.54) por Julio Cruz. Y encogimiento interista. Vieri, que llevaba varias semanas sin jugar por una lesión muscular, se mostró más pujante en ataque y, además, al jugar más cerca de la meta rival permitió un mayor recorrido a Martins. Pero el Inter parecía incapaz de marcar, ni siquiera por medio de un Mihjalovic que desaprovechó apetitosos saques de falta.
En el minuto 70, el griego Karagounis entró en el Inter por un decepcionante Verón, mientras que en el Milán el georgiano Kaladze lo hacía por un Nesta con problemas musculares. Poco después, llegó la aparente puntilla del Milán. Nuevamente en acción a balón parado con saque de falta a cargo de Pirlo y nuevamente en remate de cabeza. Cambió el autor, que fue Shevchenko, confirmándose como verdugo del Inter, pues suyo fue el tanto que hace dos años dio el pase a su equipo a la final en el derbi milanés europeo. Además, con su tanto de cabeza, Shevchenko evidenciaba su gran carisma, pues en su vuelta, tras el duro y muy doloroso cabezazo que le produjo la doble fractura, fue al remate sin miedo ni reparo alguno.
El 2-0 hundió moralmente al Inter y, seguidamente, Ancelotti intentó amarrar más con la entrada de un centrocampista (Massimo Ambrosini) por un delantero (Hernán Crespo). El balón de oxígeno para las esperanzas interistas pudo llegar a tres minutos del final, cuando Stankovic estrelló lateralmente un disparo en el poste derecho de la meta de Dida. Poco después, Toldo salvó el 3-0 ante un disparo de Shevchenko. Todo estaba acabado y el Milán, sin hacer nada grande, se llevaba un triunfo que le acerca a semifinales.
Ficha técnica del partido
Milán, 2: Dida; Cafú (Costacurta, m.90), Stam, Nesta (Kaladze, m.70), Maldini; Gattuso, Pirlo, Seedorf; Kaká; Shevchenko y Hernán Crespo (Ambrosini, m.83)
Inter de Milán, 0: Toldo; Javier Zanetti, Córdoba, Mihjalovic, Favalli; Verón (Karagounis, m.70), Cristiano Zanetti (Van der Meyde, m.80), Cambiasso, Stankovic; Julio Cruz (Vieri, m.54) y Martins
Goles: 1-0, m.46+: Stam, de cabeza; 2-0. m.74: Shevchenko, de cabeza
Árbitro: Alain Sars (Francia). Mostró tarjeta amarilla a Gattuso (m.34) -no jugará la vuelta-, Stam (m.65), Mihjalovic (m.66), Shevchenko (m.74) y Cristiano Zanetti (m.76)
Incidencias: Partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio de San Siro ante 78.958 espectadores -nuevo récord de recaudación, con 3.231.356 euros-. Antes del inicio se guardó un minuto de silencio en memoria del Papa Juan Pablo II
Inter de Milán, 0: Toldo; Javier Zanetti, Córdoba, Mihjalovic, Favalli; Verón (Karagounis, m.70), Cristiano Zanetti (Van der Meyde, m.80), Cambiasso, Stankovic; Julio Cruz (Vieri, m.54) y Martins
Goles: 1-0, m.46+: Stam, de cabeza; 2-0. m.74: Shevchenko, de cabeza
Árbitro: Alain Sars (Francia). Mostró tarjeta amarilla a Gattuso (m.34) -no jugará la vuelta-, Stam (m.65), Mihjalovic (m.66), Shevchenko (m.74) y Cristiano Zanetti (m.76)
Incidencias: Partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio de San Siro ante 78.958 espectadores -nuevo récord de recaudación, con 3.231.356 euros-. Antes del inicio se guardó un minuto de silencio en memoria del Papa Juan Pablo II