L D (Agencias) Se esperaba la comparecencia del secretario de organización y portavoz del PSOE, José Blanco. Pero apareció Zapatero, eso sí, no como presidente del Gobierno sino –como diría Javier Arenas– con la chaqueta de secretario general.
Los periodistas preguntaron por la intención del Gobierno para desclasificar los documentos del CNI que se soliciten al hilo de la comisión de investigación del 11-M, dada la contradicción creada entre De la Vega, Alonso y Bono al respecto. Pero Zapatero recordó que respondería a eso en otro momento porque comparecía "como secretario general del PSOE", aunque mostró "máxima disponibilidad".
También le pidieron una valoración acerca de la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco concedida por su Gobierno al ministro de Defensa, José Bono. Misma respuesta, aunque se mostró encantado de responder en otro momento. Preguntado por si tendría más importancia la comparecencia en la comisión de su antecesor en el cargo, José María Aznar, o la suya propia, Zapatero contestó: "Nunca diría que tengo más que aportar que José María Aznar, porque saben que no me gusta entrar en el terreno de decir quién puede aportar más o quién es mejor. Esos eslóganes deberían estar superados en la vida política democrática". Parece que de todo esto informará este martes en la conferencia de prensa prevista en el Palacio de la Moncloa con el presidente sirio, Bachar el Asad.
Lo que de verdad quería hacer Zapatero, contra toda previsión, era pedir el voto por Borrell en las elecciones europeas. Y lo hizo por su importancia para consolidar el proyecto socialista para España puesto en marcha con el triunfo el 14-M. Dijo que la cita del 13-J tiene una "triple importancia" para Europa, para España y para un proyecto socialista que ya ha permitido poner en marcha dos de los compromisos más importantes: el retorno de las tropas españolas de Irak y devolver a España al núcleo central de la construcción europea. Dijo, según recoge la agencia EFE , que el 14-M el PSOE pidió el voto a los españoles para, entre otros objetivos, corregir "los dos mayores errores que había cometido el Gobierno anterior: su implicación en la guerra de Irak y alejarse del núcleo central de la construcción de la UE", y declaró que ahora pide el apoyo de los electores porque se ha demostrado que el partido "cumple lo que promete".
A su juicio, estas elecciones cierran un "intenso" período de convocatorias a los ciudadanos, tras los comicios municipales, autonómicos y generales, pero en esta ocasión se celebrarán con una diferencia que consideró "destacable": habrá debates entre los principales candidatos, lo que atribuyó a que es el partido socialista quien gobierna.
Rodríguez Zapatero reiteró que quiere que los ciudadanos respalden un proyecto que pretende una "Europa fuerte, unida y mayoritariamente progresista" y se comprometió a participar en la campaña electoral "con la misma energía e ilusión" que lo hizo en la de los comicios generales, pero fiel a su estilo y, por tanto, sin responder a descalificaciones.