L D (EFE) Así lo dijo Rafá Zouhier tras comparecer en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Valdemoro, donde declaró en relación con la denuncia presentada por el Ministerio Fiscal sobre amenazas que podría haber recibido en la prisión. Tras una hora de comparecencia y a su salida del Juzgado fue preguntado si avisó de los atentados a lo que contestó: "Avisé y no me han hecho caso", y previamente a su entrada dijo que "me han presionado, soy inocente y yo no soy un chivato".
Fuentes jurídicas señalaron que Zohuier se mostró "en todo momento tranquilo" durante su declaración ante la juez Verónica Caravantes. En el transcurso de su comparecencia, según señala el TSJM, Zohuier contestó a preguntas de la magistrada y de la fiscal y manifestó "también otras cuestiones y datos que él ha considerado pertinentes". Asimismo, al declarar en calidad de perjudicado, se le ha realizado "el ofrecimiento de acciones, aunque durante el transcurso de la diligencia no ha manifestado su voluntad de emprender ninguna, civil o penal", según el TSJM.
La Fiscalía General del Estado instó la apertura de una investigación en el juzgado de Valdemoro para determinar si existieron amenazas de agentes de la Guardia Civil al confidente Rafá Zohuier. La Fiscalía impulsó este procedimiento, según explicó el pasado lunes el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, para averiguar "si hay algo de verdad en las supuestas manipulaciones o amenazas" a este confidente por parte de agentes de la Guardia Civil, denunciadas por el propio Zohuier a través del diario El Mundo.
Contradicciones con el auto del juez
En el auto de 18 de junio, del que el juez ha levantado parcialmente el secreto, se mantiene que Rafá Zouhier aseguró que con anterioridad a la fecha de los atentados "no había transmitido" a su contacto de la Guardia Civil, "ni a ningún otro, información alguna" sobre los preparativos de la masacre.
Lo que sí transmitió Zouhier a la Guardia Civil, agrega el auto, fue que en los primeros meses de 2003 el ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras, en prisión por estos hechos, y su cuñado Antonio Toro "le habían ofrecido la posibilidad de obtener sustancias explosivas y detonadores a quien estuviera interesado". Zouhier, según el auto, lo "puso en conocimiento de la Guardia Civil en esas fechas" y llegó incluso a obtener una muestra de dicha sustancia explosiva de "los asturianos", así como un detonador.
El confidente entregó "dicha muestra explosiva" a la Guardia Civil, "que realizó las gestiones policiales de constatación del tipo de sustancia y de inicio de investigaciones", tal y como declaró su contacto en la Benemérita, conocido como "Víctor", ante el juez. El detonador no pudo entregarlo a la Guardia Civil, ya que "haciendo el propio Rafael Zouhier una prueba, le estalló en las manos".
El auto incluye también la reproducción de una conversación telefónica entre Zouhier y "Víctor", mantenida el 17 de marzo. En ella Zouhier informa a su contacto de sus sospechas referidas a la presunta relación de Jamal Ahmidam, "El Chino", uno de los terroristas que se suicidaron en Leganés, en la masacre, aunque en ningún momento dice su nombre y sólo facilita datos que le pueden identificar.