(L D) Rafá Zouhier, el confidente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ha sido claro en su carta enviada a El Mundo: "Yo avisé de las armas que vendía el guardia civil que llegaron a las manos de los terroristas".
Según el confidente marroquí, un agente de la Benemérita investigado por tráfico de estupefacientes y conocido como Pedro vendió las armas a los terroristas que atentaron en Leganés. Zouhier reveló a sus contactos en la unidad dirigida por el coronel Felix Hernando que dicho miembro del Instituto Armado, perteneciente al acuartelamiento de Valdemoro, se dedicaba a vender subfusiles y pistolas a bandas de narcos.
El pasado 26 de agosto, el marroquí detenido por su relación con la matanza del 11-M denunció este hecho ante el juez que instruye el sumario por el 11-M Juan del Olmo. Mucho antes, en concreto en diciembre de 2003, el confidente dio detalles de este tráfico de armas y detalló que uno de los compradores de Pedro era otro marroquí, Lofti. Se da la circunstancia de que Lofti era socio de El Chino, uno de los terroristas suicidas de Leganés.