L D (Agencias) Zougam fue
detenido dos días después de la masacre y testificó ante el juez Del Olmo, como recoge la declaración de la que el pasado 14 se levantó el secreto sumarial. El imputado manifestó que no tenía nada que ver con los atentados y negó haber subido ese día a ningún tren, ya que poseía un coche para ir al trabajo. Según explicó, los testigos que le ubican cerca del tren se equivocaron.
Varios testigos dijeron haberle visto vestido con una trenca de color oscuro, extremo que él negó, alegando que en invierno suele vestir vaqueros y una chaqueta larga de cuero, aunque tiene también otra chaqueta larga de color marrón. Además, explicó al juez del Olmo que el 11 de marzo a las siete de la mañana él se encontraba durmiendo, ya que normalmente se levanta a las diez de la mañana. A esa hora estaba en su casa con su madre, una hermana que trabaja en un banco y un hermano; después cogió su Mitsubishi y acudió al locutorio del barrio de Lavapiés del que es socio con su hermano.
El marroquí tiene 31 años y reside en España desde 1989. Se encuentra en prisión desde el pasado 19 de marzo, imputado de 191 asesinatos, 1.430 tentativas de asesinato, 4 delitos de estragos y un delito de sustracción de vehículo, en relación con la furgoneta encontrada junto a la estación de tren de Alcalá de Henares (Madrid) en la que se encontraron detonadores y explosivos.
Participación en grupos islámicos
El detenido negó pertenecer a ningún grupo radical islámico y manifestó que no podía explicar por qué en la citada furgoneta había detonadores y explosivos idénticos a los utilizados en los trenes. El supuesto terrorista afirma conocer a Imat Eddin Barakat "Abu Dahdah", presunto responsable de la célula de Al Qaida desarticulada en España en noviembre de 2001, ya que, dice Zougam, “era una persona que iba por el barrio”aunque apunta que “era un conocido árabe más”.
También negó haber participado en las reuniones que se celebraban en una peluquería de la calle Tribulete, también en Lavapiés, cuyo propietario es Abdeouahid Berrak, imputado también en esta causa y en libertad desde el pasado 5 de mayo. Negó igualmente haber estado el año pasado en Palma de Mallorca o haberse desplazado a Asturias.
Zougam también fue interrogado por haber usado una tarjeta de la compañía Amena, que pertenece a un grupo de treinta que fueron adquiridas por su locutorio, una de las cuales fue hallada en un artefacto que no llegó a explosionar el 11 de marzo. El acusado reconoció haber utilizado una de estas tarjetas para hablar con su mujer a través del teléfono de una clienta que él estaba arreglando.
Cuando le preguntaron sobre el hecho de que la tarjeta telefónica hallada en el explosivo fuera adquirida a unos indios, imputados por esta causa y en libertad desde el 24 de abril, explicó que cualquiera que desee comprar tarjetas a buen precio se las compra a los indios, aunque no recuerda haber vendido a nadie las tarjetas a las que se refería el interrogatorio. Siete de ellas comenzaron a funcionar en “una franja horaria muy corta” correspondiente a la hora de los atentados.
Prisión para uno de los detenidos en Lanzarote el pasado viernes
En relación con los detenidos el pasado viernes en la isla canaria de Lanzarote, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha decretado este martes prisión incondicional para Hassan El Haski a quien acusa de 191 asesinatos consumados, al menos otros 1.000 en grado de tentativa, estragos terroristas e integración en organización terrorista islamista, por idear y preparar los atentados del 11-M en Madrid.
Del Olmo, ante quien declaró El Haski antes de hacerlo ante el juez Baltasar Garzón, explica en el auto de prisión dictado contra él, que el imputado "sería presuntamente miembro integrante" del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y que "habría participado en esta condición en la ideación, preparación y contribución efectiva de los citados atentados terroristas". En la resolución a la que tuvo acceso Europa Press, el juez menciona la comisión rogatoria belga en la que constan las declaraciones de un detenido por terrorismo islamista de las que se puede deducir que El Haski sabía que iban a ocurrir los atentados de Madrid, que pretendía esconderse y que él mismo manifestó que había sido su grupo de España el autor de la matanza.