Zaplana recuerda a ERC que puede expresar sus "ideas fascistas" gracias a la contribución de Fraga
El portavoz de ERC en el Parlamento, Joan Tardá, acusó este viernes al presidente de honor del PP, Manuel Fraga, de estar "manchado de sangre" por ser ministro en la última etapa durante la dictadura franquista. La imputación criminal fue rápidamente contestada por Eduardo Zaplana, quien ha recordado que gracias a personas como Fraga, ERC puede hoy expresar sus ideas "totalitarias y fascistas". Calvo, que presidía la sesión del Congreso, se puso de lado de Tardá y abroncó a los populares por quejarse.
(Libertad Digital) Joan Tardá suma y sigue. Después de que el jueves cargara contra la Cadena Cope, ahora se ha centrado en el senador Fraga, al que ha comparado con un general austriaco nazi. En su opinión, el presidente de honor del PP tiene las manos "manchadas de sangre" ya que fue ministro en la última época del franquismo. A Tardá se le olvida, eso sí, su papel fundamental a favor de la Democracia durante la Transición española.
"No tendrán credibilidad mientras tengan como presidente de honor a Manuel Fraga, manchado de sangre". "Duele, pero lo van oír", apostilló el republicano, ante las airadas protestas de los diputados del PP. El portavoz republicano insistió asegurando que "es un hecho objetivo" que Fraga "comandaba las fuerzas represoras franquistas cuando cinco trabajadores murieron a manos de la Policía en 1976" (los sucesos de Vitoria) y que "era ministro cuando se asesinó a Julián Grimau".
Ante tales acusaciones, el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, ha exigido que se retracte a lo que Tardá le ha contestado jactándose de sus acusaciones. Zaplana tachó de "despreciables" las expresiones de Tardà, de quien dijo que sus intervenciones gozan de un "respeto bastante bajo" en la Cámara y al que brindó "el mayor de los desprecios" del PP.
El dirigente popular ha recordado que "los esfuerzos de Fraga" por la Democracia han sido muy valiosos "para que hoy el señor Tardá pueda manifestar sus ideas totalitarias y fascistas". "Nos merece el mayor de nuestros desprecios", ha sentenciado y pidió la retirada de los insultos de Tardá.
No obstante, el dirigente de ERC se reafirmó en sus palabras y agregó que ninguna democracia europea permitiría que se concediese la presidencia de honor de un partido a una persona que hubiese participado "activamente" en el gobierno de un dictador, pues de hecho recordó el caso de Kurt Waldheim, el ex presidente austriaco cuestionado tras descubrirse su colaboración con las SS del nazismo. Por último, aseguró que no le importa "lo más mínimo" lo que opine Zaplana sobre sus intervenciones. "Soporto lo que me dice porque tenemos que convivir", apostilló.
La presidenta de la Comisión Permanente en ese momento, la socialista Carmen Calvo, les ha exigido tanto a Tardá como a Zaplana que se retractaran. Entonces, el independentista se ha negado a corregir sus palabras mientras que el dirigente del PP le ha pedido a la presenta que los ataques del dirigente de ERC no constaran en el diario de sesiones.
En un momento del tenso debate, Calvo se ha llegado a encarar con el portavoz de los populares, pese a que fuera Joan Tardá el que comenzara con los agravios.
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