(Libertad Digital) La crisis de Gobierno anunciada este viernes, antes de las vacaciones de Semana Santa, por el presidente Zapatero deja clara la estrategia de blindar los aparatos de seguridad, información e inteligencia del Estado.
El deseo personal de José Bono de abandonar el Ejecutivo ha puesto en bandeja una reestructuración que sólo tiene un nombre propio: Alfredo Pérez Rubalcaba. El que fuera ministro de Presidencia y portavoz del Gobierno durante la etapa de mayor corrupción del Gabinete González será el nuevo ministro del Interior, lo que supone el control de las Fuerzas de Seguridad del Estado: Policía Nacional y Guardia Civil. Por otra parte, la salida de Bono deja también vacante el puesto de su hombre de confianza –Alberto Sáiz Cortés– en los Servicios de Inteligencia. Será José Antonio Alonso, juez, ex ministro de Interior y persona de confianza de Zapatero, el que presida la cartera de Defensa y controle el CNI. Desde el Partido Popular no ha podido recibirse con más pesimismo una de las partes de esta operación: "no nos fiamos" de Rubalcaba.
La crisis se ha completado con otro recambio que no ha quedado del todo claro, el de la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, horas después de que se aprobara definitivamente su Ley de Educación. Su sustituta –se mantiene la paridad– será Mercedes Cabrera Calvo Sotelo, la enigmática número dos del PSOE por Madrid que, además de su currículo como catedrática, es experta en altas inversiones.
Bono dice que quería irse hace más de medio año
Como informó Libertad Digital, el presidente del Gobierno se adelantó a la decisión de Bono de dejar el Gobierno. El propio ministro confirmó que su dimisión estaba planteada hace medio año y, por carta, hace tres meses. José Bono fue el protagonista de la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros. Tenía ganas de hablar.
Entre elogios dejó claro que su intención es dejar la política "por voluntad propia" para dedicarse a su familia. Contradiciendo a Zapatero, Bono cierra cualquier puerta a la actividad política, incluida la alcaldía de Madrid. Eso sí, fue menos claro cuando le preguntaron por embajadas –"no me pregunten tanto"–. De la Vega cerró su anuncio con un beso al ministro saliente. El todavía ministro de Defensa (lo será hasta el martes o miércoles) pidió que le "respeten" porque creía haber dicho toda "la verdad". Sin embargo, durante su intervención fue desvelando nuevos datos.
Respondiendo a las preguntas de los periodistas, casi al final de la rueda de prensa, José Bono matizó que el presidente Zapatero sabía "de sus deseos de relevo desde hacía por lo menos seis meses" y que le había enviado una "carta de dimisión hace tres meses".
Si algo quiso dejar claro el ministro es que la decisión estaba tomada y no se debe a dificultades en su Ministerio. Además, aclaró que no se va "por el Estatuto de Cataluña" porque "el Estatuto no me echa de la política". Bono ha querido explicar que todo se debe a motivos personales que vienen de lejos. Entre las innumerables palabras de agradecimiento a Zapatero, Bono ha explicado que su opinión siempre "ha sido una opinión autónoma dentro de mi partido" y que "ha contado siempre con la confianza de un presidente que me ha respetado y me ha alentado a decir lo que pienso".
Rueda de prensa, despedida y beso
Al término de la sesión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega agradeció a los dos ex ministros su desempeño en los cargos a lo largo de los primeros dos años de la gestión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Destacó que María Jesús San Segundo y José Bono realizaron la tarea asignada por el presidente con "honestidad y talante".
Antes de dar cuenta de los asuntos tratados, De la Vega dio la bienvenida a los dos nuevos integrantes del gabinete a quienes invitó a trabajar como sus antecesores. Tras informar de la disolución del Ayuntamiento de Marbella por las "gravísimas circunstancias", y cuya administración quedará bajo la responsabilidad de una comisión gestora, la vicepresidenta dijo que con "emoción contenida" agradecía públicamente su generosidad y compromiso con el Gobierno y el gabinete de Zapatero.
De la Vega concedió la palabra a Bono, que dijo que "hasta el último momento voy a interponer la responsabilidad a la emoción". El aún ministro comenzó su intervención como si nada pasara, hablando del decreto por el que se estableció la organización y despliegue en los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. De la iniciativa, conocida como Ley de la Defensa Nacional, dijo que viene a organizar la fuerza militar española.
Pero indudablemente a pocos periodistas les interesaba en ese momento el estado de nuestra tropa y marinería. Y Bono no defraudó.
"A quien no me comprenda, que me respete"
Confirmó que abandona la política para "dedicarme a mi familia" y que esa decisión no ha sido improvisada, sino "serena, meditada y difícil" porque fue tomada "a favor de mi familia". Un día, añadió, tenía que poner en práctica un dicho que le ha acompañado desde siempre en su actividad pública: "La vida es más importante que la política". A quien no le pueda comprender, destacó, "les pido su respeto". Sobre ese futuro, confesó que tendrá que "aprender a hacer otras cosas" porque "creo que lo único que se hacer es política. Lo que nunca voy a dejar de ser es ser político". Es ese momento el ministro se empleó a fondo para dejar claro que no quiere ser alcalde de Madrid, que los intensos rumores sobre ello son infundados. Sin embargo, cuidó de no cerrarse puertas.
Sobre su puesto en el Comité Federal y la presidencia del partido en Castilla La Mancha Bono dijo, refiriéndose al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE que hará: "Lo que a él le parezca". Para tratar de zanjar dudas, Bono quiso demostrar que ya no hay más política para él que la de sus ideas. Sacó un papel y citó la frase que poco antes le había dedicado el propio Zapatero: "les puedo asegurar que me dedicaré a trabajar para que su retirada de la política no sea definitiva, sino que sea simplemente temporal". Eran palabras del presidente leídas por Bono que, con tacto, dio a entender que no será así: "El presidente ha dicho lo contrario. Yo le respeto, pero hasta ahora llevo más tiempo convenciéndole".
Candidaturas y embajadas
En cuanto a los citados rumores –"a los que me buscan por ahí candidaturas"– Bono también quiso despejar con una rotunda negativa. No ahorró en concreción: "No me voy a presentar de candidato a la alcaldía de Madrid". Un periodista le preguntó si Zapatero le ha dicho algo sobre algún puesto en una embajada. Aquí se acabó la contundencia: "Miren si me respetan no me pregunten más porque se abren nuevos tajos y ...". Pero tratando de responder, y sin perder jamás la sonrisa, sólo dijo: "En las últimas semanas el presidente me ha dicho muchas cosas".
Respecto al presidente Zapatero, Bono dijo que le agradece su insistencia en querer mantenerlo en su gabinete. "Me voy por mi propia voluntad", afirmó y recordó que "hace unas semanas le dije (a Zapatero): "no me voy mientras no me digas y estés convencido de que no es un capricho".