LD (Víctor Gago) Los directivos de medios de comunicación invitados este domingo a un almuerzo con el presidente del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria no esperaban una confesión como la que hizo.
No hay recuerdo de que ningún otro presidente democrático se haya reconocido autor directo del texto de una Ley, pero el líder socialista no tuvo ningún pudor en destaparse como la mente que ha escrito directamente la farragosa Exposición de Motivos de la llamada Ley de la Memoria Histórica.
El proyecto se encuentra actualmente a las puertas de su aprobación definitiva por las Cortes, después de haber salido, el pasado 15 de octubre, de la Ponencia parlamentaria con un acuerdo de todos los partidos contra el PP; una situación que reproduce fielmente el espíritu del mandato de José Luis Rodríguez Zapatero y puede reconocerse sin dificultad en el Preámbulo de la Ley que él mismo ha escrito.
La noticia saltó en el contexto de una "cariñosa monestación" [según coinciden en calificarla para Libertad Digital dos testigos directos de la escena] del presidente a Jerónimo Saavedra –ex ministro y actual alcalde socialista de Las Palmas de Gran Canaria–, quien días atrás, durante un desayuno con periodistas celebrado en Madrid a iniciativa del Forum Europa, había criticado el proyecto de Ley de la Memoria porque "no es bueno hurgar en el pasado".
Saavedra estuvo en el almuerzo con el presidente y los directivos de Prensa, al igual que el flamante secretario general del PSC, Juan Fernando López Aguilar, y el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez.
En un momento dado, Rodríguez Zapatero preguntó cuántos de los presentes, que hubiesen hablado del proyecto legislativo, lo habían leído.
Ya utilizó una táctica similar durante el último debate sobre el estado de la Nación, a principios de julio, cuando, esgrimiendo desde la Tribuna un ejemplar del manual escolar de Educación para la Ciudadanía escrito por José Antonio Marina y publicado por SM, retó a Mariano Rajoy a que señalara en sus páginas contenidos concretos de adoctrinamiento.
Desde entonces, no han dejado de llover evidencias, tomadas de ése y de otros manuales, de que la asignatura es un catecismo ideológico en toda regla, mucho más radical de lo sospechado.
En el caso de la llamada Ley de la Memoria, Zapatero quiso demostrar durante el almuerzo de este domingo que las críticas son infundadas porque ignoran el contenido del proyecto. El presidente contrastó ese desconocimiento con su propio dominio del texto. Fue entonces cuando explicó que si lo conoce tan bien, es porque él mismo es el autor directo de su Preámbulo o Exposición de Motivos.
Algunos de los periodistas presentes, directivos de medios de comunicación de Canarias, recibieron con sorpresa la revelación de una implicación tan personal del presidente en la elaboración de la norma , según los dos testimonios recogidos por LD entre los asistentes.
Como es conocido, el proyecto pactado por el PSOE, sus socios comunistas y varias fuerzas nacionalistas, reconoce sólo el "derecho individual a la memoria personal y familiar", así como medidas de resarcimiento, a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, pero no a los de la II República, cuya legitimidad ensalza y vincula a la situación democrática actual, que considera heredera de aquella.
Al mismo tiempo, la ley establece la obligatoria retirada de los símbolos del franquismo de edificios, calles y plazas, pero no dispone ninguna obligación idéntica con los símbolos de los dirigentes de la II República directamente responsables de la represión y la persecución ideológica y religiosa de aquel régimen, así como de la situación revolucionaria que condujo a la Guerra Civil.