Zapatero reclama una mayoría "amplia" para que sus reformas superen la oposición del PP
El presidente del Gobierno ha sido oficialmente proclamado candidato del PSOE a las generales. Entre ovaciones, Zapatero ha dibujado una España idílica en todos los aspectos en un discurso triunfalista destinado a reflejar lo conseguido en esta legislatura. Si gana, emprenderá reformas para mejorar el "bienestar social", luchar contra el cambio climático y fomentar la "convivencia". Para no encontrarse con lo que ha calificado de "tarea de obstrucción" del PP, ha pedido a una mayoría "más amplia" en los comicios. A Rubalcaba, Solbes y De la Vega les ha dedicado elogios. De Álvarez ha preferido no hablar.
Zapatero dijo que acepta su proclamación con el objetivo de que España siga creciendo en libertad, derechos sociales y justicia social. Repasó la gestión de la legislatura, llamó a la unidad frente a ETA sin alusiones a sus víctimas y sin hablar de "derrota" de la banda y criticó la actitud de "inútil crispación" del PP. Se preguntó qué ha hecho este partido en los últimos años y se respondió a sí mismo señalando que ha protagonizado una oposición "ni dura ni blanda" y "sólo ha intentado obstruir".
"La obstrucción como estrategia de oposición es lo que hemos vivido durante estos años", aseguró Zapatero antes de reprochar a los dirigentes del PP que no hayan "arrimado el hombro ni una sola vez". Para hacer frente a esa estrategia y para que España siga avanzando en todos los ámbitos y, especialmente en derechos sociales, pidió el voto para los socialistas con el fin de que consigan "una mayoría más amplia".
Ante el futuro, citó tres grandes objetivos: aumentar el bienestar social, ante todo el empleo; situarse a la cabeza en investigación y lucha contra el cambio climático; y garantizar una mejor convivencia. A su juicio, hay que tener de España "una mirada positiva" (lema de precampaña del PSOE), y, con ella, junto a convicciones, valores y cercanía a los ciudadanos, aseguró que los socialistas ganarán las elecciones peleando democráticamente cada voto.
Zapatero aseguró que en su gestión siempre ha tenido presentes a los ciudadanos que le dieron su confianza en el año 2004, así como una serie de valores inspirados en la paz (en cuyo marco recordó que retiró las tropas de Irak), la convivencia y la tolerancia. En este punto aludió a "la misión de paz" en Líbano, pero olvidó citar otra misión de las tropas, la de Afganistán.
Tras señalar que los socialistas deben mucho a los ciudadanos que les dan su apoyo y que él debe mucho a los socialistas, Zapatero, en ocasiones en tono intimista, defendió que merecen la pena los esfuerzos de todos los compañeros del partido por mejorar la vida de los españoles.
Aseguró que el PSOE, desde el liderado por Pablo Iglesias hasta el de Felipe González, lucha por una España mejor que recordó que, según informes de diversos organismos, es el segundo país más propicio para que nazca un niño y la esperanza de vida supera los 80 años. "Viviendo en esta España, no nos sorprende que no nos queramos morir", proclamó Zapatero antes de asegurar que ningún tiempo pasado fue mejor.
No faltaron piropos de Zapatero a sus ministros, como los dirigidos a María Teresa Fernández de la Vega, Pedro Solbes ("ha nacido para esto y todos queremos que siga en esto", llegó a decir en alusión a la labor de su vicepresidente segundo al frente de Economía), Alfredo Pérez Rubalcaba, Jesús Caldera y Bernat Soria.
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