(Libertad Digital) El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba este martes que había decidido expulsar a Eduardo Tamayo y Maite Sáez del partido, después de reunirse con Rafael Simancas, secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM). En la rueda de prensa que ofreció en la sede socialista de la calle Ferraz, en Madrid, Zapatero anunció la medida disciplinaria y sembró la duda sobre la integridad de los dos diputados electos, al afirmar que “no hay razones políticas” detrás de su abandono de la Asamblea de Madrid dejando en minoría al PSOE, sino que se trata “sólo” de “razones personales” que Tamayo y Sáiz “tendrán que explicar ante la opinión pública”.
Por su parte, Rafael Simancas también ofreció una rueda de prensa después de reunirse con Rodríguez Zapatero. El secretario general de los socialistas madrileños, visiblemente tenso desde por la mañana, también aludió a la ausencia de “razones políticas” tras de la decisión de Tamayo y Sáez, aunque no explicó exactamente a qué se refería, limitándose a sembrar la duda de que los dos diputados electos buscan obtener réditos personales como consecuencia de su abandono de la Asamblea de Madrid. En la reunión previa que celebraron el secretario general del PSOE y el de la Federación Socialista Madrileña, Simancas confesó a Zapatero que él no sabía nada de lo que iban a hacer los dos diputados díscolos en la Asamblea de Madrid.
Por lo que se deduce de las palabras de Zapatero en la rueda de prensa posterior a dicha reunión, Simancas parece que fue convincente con su líder, pero Eduardo Tamayo desmintió a su jefe de filas en Madrid durante la gira que hizo por varios medios de comunicación, al afirmar que "Simancas conocía lo que iba a pasar hoy (martes) desde la reunión del Comité Regional del domingo pasado". Tamayo, quien también se declaró “dolido de que alguien pueda pensar que detrás de todo esto existe una actitud perversa, interesada y manipulada”, destacó que en el PSOE siempre "me he caracterizado por mi lucha contra la corrupción y los tratos de favor". El diputado electo insistió en que había expresado “en numerosas ocasiones” su malestar por la política de pactos con Izquierda Unida y destacó que Zapatero “se equivoca al creer que hay un interés personal tras mi decisión”.
Tamayo también explicó que pretendía reunirse este miércoles con Zapatero en su despacho y que, tras dicho encuentro, decidiría qué hacía con su acta de diputado, aunque insinuó que seguramente no renunciará. Sin embargo, fuentes socialistas citadas por Efe afirmaron que Zapatero, de momento, "no contempla" reunirse con Tamayo. Ante dicho encuentro, ahora rechazado, se insinuaba que Zapatero intentaría reconducir la situación para que Tamayo y Sáez votaran a favor de Simancas en la investidura, algo difícil después de haberles expulsado del PSOE y de haber puesto en duda su integridad. En declaraciones a RNE , Tamayo dijo este martes por la noche que "mi deseo es que Rafael Simancas sea el próximo presidente de la Comunidad de Madrid", pero no votará a favor del candidato socialista si Izquierda Unida, que sólo contó el 5 por ciento de los votos en Madrid, quiere ocupar el 50 por ciento del Gobierno regional.
Por su parte, Rafael Simancas también ofreció una rueda de prensa después de reunirse con Rodríguez Zapatero. El secretario general de los socialistas madrileños, visiblemente tenso desde por la mañana, también aludió a la ausencia de “razones políticas” tras de la decisión de Tamayo y Sáez, aunque no explicó exactamente a qué se refería, limitándose a sembrar la duda de que los dos diputados electos buscan obtener réditos personales como consecuencia de su abandono de la Asamblea de Madrid. En la reunión previa que celebraron el secretario general del PSOE y el de la Federación Socialista Madrileña, Simancas confesó a Zapatero que él no sabía nada de lo que iban a hacer los dos diputados díscolos en la Asamblea de Madrid.
Por lo que se deduce de las palabras de Zapatero en la rueda de prensa posterior a dicha reunión, Simancas parece que fue convincente con su líder, pero Eduardo Tamayo desmintió a su jefe de filas en Madrid durante la gira que hizo por varios medios de comunicación, al afirmar que "Simancas conocía lo que iba a pasar hoy (martes) desde la reunión del Comité Regional del domingo pasado". Tamayo, quien también se declaró “dolido de que alguien pueda pensar que detrás de todo esto existe una actitud perversa, interesada y manipulada”, destacó que en el PSOE siempre "me he caracterizado por mi lucha contra la corrupción y los tratos de favor". El diputado electo insistió en que había expresado “en numerosas ocasiones” su malestar por la política de pactos con Izquierda Unida y destacó que Zapatero “se equivoca al creer que hay un interés personal tras mi decisión”.
Tamayo también explicó que pretendía reunirse este miércoles con Zapatero en su despacho y que, tras dicho encuentro, decidiría qué hacía con su acta de diputado, aunque insinuó que seguramente no renunciará. Sin embargo, fuentes socialistas citadas por Efe afirmaron que Zapatero, de momento, "no contempla" reunirse con Tamayo. Ante dicho encuentro, ahora rechazado, se insinuaba que Zapatero intentaría reconducir la situación para que Tamayo y Sáez votaran a favor de Simancas en la investidura, algo difícil después de haberles expulsado del PSOE y de haber puesto en duda su integridad. En declaraciones a RNE , Tamayo dijo este martes por la noche que "mi deseo es que Rafael Simancas sea el próximo presidente de la Comunidad de Madrid", pero no votará a favor del candidato socialista si Izquierda Unida, que sólo contó el 5 por ciento de los votos en Madrid, quiere ocupar el 50 por ciento del Gobierno regional.