(Libertad Digital) Tras la tormenta que han desatado las declaraciones de Alberdi, Zapatero ha pasado por los micrófonos de la SER para responder a la ex ministra. Aunque sólo se ha referido a ella en una ocasión, cuando ha dicho que sus críticas son únicamente opiniones personales, se ha encargado de contestar a todas y cada una de las opiniones de la ex ministra. Una de ellas, la necesidad de celebrar un congreso extraordinario para aclarar cuál es modelo de estado que defiende el PSOE ante la deriva de Maragall y Elorza.
Zapatero ha dicho que el congreso sólo se celebrará “cuando toque”, después de las elecciones generales. Será entonces, ha dicho el socialista, cuando su equipo será evaluado. Hasta ahora, según Zapatero, el balance es bueno y no hay motivos para cuestionar su labor: la nueva ejecutiva “ha conseguido que el partido recuperara cohesión y que ganara las elecciones municipales, porque las hemos ganado, después de diez años de derrotas”.
La mejor partitura y el director de orquesta
Sobre las críticas a algunos dirigentes de la ejecutiva socialista, Zapatero ha insistido en que “tengo confianza en mi equipo, pero para mi todo el PSOE es mi equipo, cada uno en su responsabilidad: Rodríguez Ibarra, Marcelino Iglesias, José Bono, José Blanco”. Aunque no ha faltado un nuevo toque de atención para intentar reforzar su liderazgo. “Es conveniente que la orquesta toque con la mejor partitura y a tenor de lo que el director va marcando”.
Especial mención ha hecho de Blanco. Zapatero ha reconocido que el secretario de Organización ha puesto su cargo a disposición del partido en varias ocasiones pero que no tiene intención de cesarle. A su juicio, “no van a pagar justos por pecadores”. Niega que Blanco tenga responsabilidades en la elaboración de las listas de la FSM e insiste en que se llevó a cabo de forma democrática. Ante esto, admite que habrá que mejorar los procedimientos y las medidas de control.
Por primera vez ha admitido que se reunió con Tamayo y Balbás para “explicarles la propuesta de presentar a Trinidad Jiménez y a Rafael Simancas” a las elecciones en Madrid. Pero ha negado que tenga alguna relación estrecha con ambos o con algún representante de Renovadores de la Base y que haya habido “repartos de poder”. Es probable, ha dicho, que este grupo le apoyara en el Congreso del que salió elegido secretario general del PSOE, pero es “falso” que fueran fundamentales para asumir el liderazgo socialista.
Zapatero ha dicho que el congreso sólo se celebrará “cuando toque”, después de las elecciones generales. Será entonces, ha dicho el socialista, cuando su equipo será evaluado. Hasta ahora, según Zapatero, el balance es bueno y no hay motivos para cuestionar su labor: la nueva ejecutiva “ha conseguido que el partido recuperara cohesión y que ganara las elecciones municipales, porque las hemos ganado, después de diez años de derrotas”.
La mejor partitura y el director de orquesta
Sobre las críticas a algunos dirigentes de la ejecutiva socialista, Zapatero ha insistido en que “tengo confianza en mi equipo, pero para mi todo el PSOE es mi equipo, cada uno en su responsabilidad: Rodríguez Ibarra, Marcelino Iglesias, José Bono, José Blanco”. Aunque no ha faltado un nuevo toque de atención para intentar reforzar su liderazgo. “Es conveniente que la orquesta toque con la mejor partitura y a tenor de lo que el director va marcando”.
Especial mención ha hecho de Blanco. Zapatero ha reconocido que el secretario de Organización ha puesto su cargo a disposición del partido en varias ocasiones pero que no tiene intención de cesarle. A su juicio, “no van a pagar justos por pecadores”. Niega que Blanco tenga responsabilidades en la elaboración de las listas de la FSM e insiste en que se llevó a cabo de forma democrática. Ante esto, admite que habrá que mejorar los procedimientos y las medidas de control.
Por primera vez ha admitido que se reunió con Tamayo y Balbás para “explicarles la propuesta de presentar a Trinidad Jiménez y a Rafael Simancas” a las elecciones en Madrid. Pero ha negado que tenga alguna relación estrecha con ambos o con algún representante de Renovadores de la Base y que haya habido “repartos de poder”. Es probable, ha dicho, que este grupo le apoyara en el Congreso del que salió elegido secretario general del PSOE, pero es “falso” que fueran fundamentales para asumir el liderazgo socialista.