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Zapatero muestra su lado zen: "La vida es un tránsito entre la nostalgia y la esperanza"

Dos meses después de ganar las elecciones, Zapatero concede una entrevista al Magazine de El Mundo en la que se vuelve a dibujar el retrato más íntimo del presidente del Gobierno. En el reportaje se presenta una y otra vez como un hombre cercano, amigo de sus amigos, sin aires de grandeza, al que el poder no ha cambiado ni cambiará. "No creo en el diablo. Yo siempre he tenido una mirada relativa del poder". Sería el Tintín del siglo XXI, "un intrépido buscador y deshacedor de injusticias y entuertos", a quien acompaña  "la sencillez". Eso sí, vuelve a definir atentados como accidentes. Esta vez los que sufren los soldados españoles.

L D (Olivia Moya) Han transcurrido dos meses desde su victoria electoral y casi tres de su último reportaje íntimo, en esa ocasión en El País. Y las respuestas pausadas, meditadas y filosóficas, rozando la cursilería, vuelven a darse en el texto elaborado por Magazine de El Mundo.
 
José Luis Rodríguez Zapatero se presenta una y otra vez como un hombre cercano, sencillo, amigo de sus amigos, al que el poder no ha cambiado ni cambiará. La entrevista se desarrolla entre La Moncloa y León. Allí el presidente recorre la ciudad, va de tapas, de pesca y aprovecha para reencontrarse con viejos conocidos. "Volver a León tras la presidencia del Gobierno es una posibilidad cierta. Yo soy una persona de lealtades y raíces. Soy muy leal a mis amigos, a mis ideas, a mis lecturas, a mis paisajes preferidos. Uno nunca debe olvidar de dónde viene: es la mejor manera para que sepas volver a lo que eres. Si olvidas de dónde vienes, puedes perder el sentido de las cosas", sentencia.
 
Preguntado por la posibilidad de dejarse "seducir por el poder" en esta legislatura, Zapatero responde de manera contundente: "Al revés. Lo que más detesto en la vida es la soberbia. Es el peor virus que puede penetrar por los despachos del poder y creo que estoy perfectamente vacunado. Lo que más me enriquece personal e intelectualmente es todo lo que no está prefabricado ni ensoberbecido. Y el haber conocido a personas poderosas, precisamente el estar en este mundo del poder, me reafirma en saber que lo mejor está en lo más sencillo y que quien más da es quien menos tiene".
 
"La vida es un tránsito entre la nostalgia y la esperanza"
 
A pesar de su ya famosa declaración a Gabilondo, en la que confesó necesitar aplicar mayores dosis de tensión y dramatismo durante la campaña electoral, el presidente dice que "a la gente que grita y se excita mucho, es a la que veo más tensionada. Todo depende de la visión que tengas de la vida. Creo que hay que tener una actitud tranquila hacia la vida". La periodista, sorprendida, añade: "Pero José Luis, usted no es un monje zen". Y Zapatero responde: "No, pero he tenido mucha suerte. Las cosas me han ido muy bien hasta aquí, con mi familia, con mi mujer, mis hijas. Hay días que me levanto con una carga de tensión evidente, por lo que he hecho o por lo que tengo que hacer. Pero [...] hay tantas cosas en la vida estimulantes, que te hacen convertir un momento difícil en una mirada agradable, que para mí eso puede más. [...] La vida es un tránsito entre la nostalgia y la esperanza".
 
Zapatero aprovechó incluso una de sus declaraciones en el extenso reportaje para meter el dedo en la crisis del PP. Más en concreto en la falta de liderazgo en la que está envuelto Mariano Rajoy. "Es que Aristóteles dijo, y esto Rajoy no lo va a entender, el comienzo es más de la mitad de la totalidad. En política, esto es un axioma".
 
De los trágicos accidentes mortales a los accidentes con soldados
 
Rodríguez Zapatero relata también las sensaciones que le invaden como presidente del Gobierno. Para él lo más duro son los atentados terroristas y cuando los soldados españoles que se encuentran en el exterior mueren "en un accidente", dice, pero se olvida de los fallecidos por ataques terroristas como el que se cobró la vida de seis soldados en el Líbano.
 
 
En la entrevista, el presidente del Gobierno habla sobre sus hijas, su mujer Sonsoles y sobre su madre:
 
 
Cuando le preguntan por su mujer, ocurre lo mismo: describe una faceta de su personalidad. "Mi mujer siempre que me increpa es por mi tolerancia con mis hijas. [...] Pero es que forma parte de mi filosofía de la vida: mejor incentivar con estímulos, no con imposiciones. El mayor estímulo que quiero que reciban es que se hagan así mismas y ponerme siempre en el lado más comprensivo. Por lo demás, me gustaría ser tan cariñoso como Sonsoles. Es una virtud excelente para la convivencia. Y reconozco que ella es mucho más cariñosa que yo".
 
Tanto a sus hijas como a su mujer les debe "tiempo". "Aunque con mis hijas estoy más del que quizás la gente se imagina". La verdad es que este extremo resulta bastante creíble pues la agenda del presidente desde que ganó las elecciones no se encuentra especialmente abultada. "Pero a quien más tiempo debo es a Sonsoles", pero "ella ha tenido una maravillosa comprensión".
 
Sobre su madre Zapatero se extiende más. Incluso revela la última pregunta que le realizó poco antes de morir:
 
 
"Estaba convencido de que iba a ser presidente del Gobierno"
 
El presidente del Gobierno dice que sabía que iba a serlo "desde el día en que gané la secretaría general del PSOE. Y recuerdo que José Andrés Torres Mora, que es una de las mejores cabezas pensantes que ha tenido el partido, me dijo en cuanto me eligieron: Ya hemos ganado las elecciones generales".
 
"No creo en el diablo. Yo siempre he tenido una mirada relativa del poder. Siempre lo he pretendido desmitificar. El poder es contingente, limitado y emana de la gente. Está vigilado. Es como lo imaginaba. Pero no caben las excusas, desde él se pueden hacer muchas cosas".

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