El Consejo de Ministros se ha trasladado este viernes a Andalucía, un hecho que llega sólo unos días después de que Zapatero presidiera el congreso de los socialistas andaluces. Las visitas del presidente coinciden con los negros vaticinios de las últimas encuestas para Andalucía, que apuntan a un cambio de Gobierno por primera vez en treinta años. Más allá de que sea un acierto o un error que Zapatero, también en un pésimo momento, se pasee por Sevilla, la intención electoralista era evidente.
El presidente, de hecho, se ha deshecho en elogios públicamente hacia el alcalde sevillano, Alfredo Sánchez Monteisirín. "Alcalde, la ciudad está espectacular, esa es la percepción que tengo", ha dicho Zapatero. Después, a preguntas de los periodistas, ha negado rotundamente que sus visitas tuvieran el objetivo de levantar el voto socialista.
En la rueda de prensa con la que ha concluido el Consejo de Ministros, Zapatero ha negado que la reunión con José Antonio Griñán, o su participación el pasado fin de semana en el congreso extraordinario del PSOE andaluz, puedan ser interpretados como un apoyo electoral a sus compañeros andaluces en horas bajas. Según ha alegado, el martes va a Barcelona, para inaugurar el sincrotrón Alba, un acelerador de partículas, y "también hay encuestas en Cataluña". También malas, por cierto, para el PSC.
" Como siempre, me agrada mucho venir a Andalucía y voy a seguir viniendo con intensidad ", ha indicado. Además, ha alegado que ya anunció el verano pasado su intención de trasladarse a Sevilla para aprobar la tardía ley de economía sostenible. También adujo que él se llevó a Chaves a Madrid para su gobierno y que por ello asistió al Congreso del PSOE-A.