La decisión de continuar en 2012 depende de él, según repiten todas las fuentes socialistas. Pero según el diario, Zapatero ha decidido supeditar su decisión a los resultados que arrojen los sondeos. Los barones socialistas como Barreda o Griñán, así como las evidencias de desgaste tras el triunfo de Tomás Gómez en las primarias madrileñas, parecen estar señalando el camino al presidente.
No obstante, Zapatero no piensa desvelar la incógnita hasta la primavera del año que viene, sostiene La Gaceta. Es lo que aseguran ministros y ex ministros del gabinete. Todos coinciden en decir que el presidente no revelará sus intenciones hasta los comicios autonómicos y municipales. Pero a la vez aseguran que de seguir convencido de su liderazgo, Zapatero y alo hubiera dejado claro públicamente para evitar especulaciones.
Los movimientos para suceder al secretario general se han convertido ya en un problema. Según La Gaceta, los socialistas están cada vez más divididos. La guerra interna se avecina más allá de haber apoyado a Tomás Gómez o a Trinidad Jiménez. Los socialistas que se sienten desplazados por Blanco y Rubalcaba parecen haber agotado su paciencia.
Hay muchos que temen que Zapatero esté dando demasiado poder a los denominados "superministros". "En la Ejecutiva anterior a las primarias, Zapatero estaba muy enfadado. Algunos le habían advertido ya de que la derrota de Trini era más que probable. Se sentía traicionado", dicen fuentes socialistas a La Gaceta.
Caldera Y José Andrés Torres Mora, dos de los miembros de la Ejecutiva más enfrentados a Blanco y Rubalcaba, ya habían advertido al secretario general que sus dos ministros más cercanos le estaban conduciendo a un callejón sin salida y que la única manera de salvar los trastos si ganaba Gómez era hacer "rodar cabezas".
La demostración de que tanto Blanco como Rubalcaba se equivocaron cuando hicieron que Gómez y Jiménez midieran sus fuerzas en Madrid, provocando el distanciamiento entre las bases y Zapatero, es ahora la punta de lanza de muchos dirigentes socialistas que piensan que "hay que ponerles freno".
Las fuentes de La Gaceta dicen que la consigna de Zapatero ha sido "cerrar filas", pero la "metedura de pata" de las primarias le ha dañado bastante como líder". En la última Eejecutiva Zapatero ya pidió tranquilidad a los dos bandos de esta guerra interna,. Pero las estrategias de Blanco y Rubalcaba por hacerse con el poder en las federaciones socialistas de cara a una era post-Zapatero han enojado también a la mayoría de líderes regionales.
Según la vieja guardia felipista, los ministros se van a dar de bruces el día que se marche Zapatero, publica La Gaceta. Todas las fuentes aseguran que Blanco y Rubalcaba no van a lograr posicionar a los "peones" y no podrán controlar el aparato como a ellos les gustaría. Un ex ministro de González reconoce que ambos se "mueven muy bien en la corte, pero no tienen los votos".
Las cabezas visibles de esta división son el ex ministro Jesús Caldera y los diputados José Andrés Torres Mora y Álvaro Cuesta. Ambos fueron asesores del presidente y lo auparon a la Secretaría General, aunque cuando Blanco se convirtió en imprescindible en la Ejecutiva, fueron relegados.
Este cambio en Zapatero esconde la enemistad entre los primeros y Blanco, que se remonta al año 2000, y que no han hecho sino acrecentarse con el paso de los años. Es la batalla por la sucesión de Zapatero. "Hay quien tiene mucha ambición y está esperando a que Zapatero admita abiertamente que se va para ocupar su puesto". El liderazgo férreo del presidente se diluye.