(Libertad Digital) Lejos de la espontaneidad, los boicots al PP son parte de un estudiado plan al que Zapatero se ha apuntado. El Foro Social Mundial es la referencia de todos los movimientos antisistema. En torno suyo se concentran los líderes antiglobalización como Ignacio Ramonet ( Le Monde Diplomatique , edición española), Bernard Cassen, el propio Fidel Castro o Noam Chomsky. Además de las campañas de Porto Alegre, desde aquí se ha articulado y sincronizado la movilización contra una guerra en Irak. En IU siempre han estado presentes. De hecho Ángeles Maestro, una de las fundadoras de la coalición comunista y ponente habitual en las reuniones del Foro Social Europeo, tuvo un papel relevante en el acto celebrado a primeros de marzo en Londres.
Los boicots son parte de un plan
En la citada reunión, se acordó la acción conjunta contra la guerra o, más bien, contra los gobiernos y políticos empeñados en desarmar a Sadam antes de que pueda lamentarse. Allí se plantearon las “huelgas estudiantiles y laborales”, las “manifestaciones y acciones de desobediencia civil para el 15 de marzo” y, lo que es más significativo, “presiones masivas sobre parlamentarios”. En España, este punto se está aplicando con eficacia. Pilar del Castillo, Josep Piqué y, sobre todo, Gallardón, han comprobado cómo estudiantes y profesores han reventado sus actos políticos. No eran acciones espontáneas sino planeadas y con conocimiento de IU.
Este viernes, IU emitió una nota de prensa en la que se felicitaba por el éxito de la manifestación celebrada por la mañana por estudiantes y profesores y calientan los a´nimos para el sábado: “Se trata de una manifestación contra la política del Gobierno de José María Aznar, pero también de la impostura de Gallardón y su corte de aduladores” . Es decir, tras reventar el acto cayendo en el delito, lanzan una provocación. Todo ello, fruto de la “presión masiva a parlamentarios y políticos” acordada en Londres.
Lo que queda por venir
El Foro Social, en un manifiesto conjunto con la presencia activa de Ángeles Maestro, dejó claro un aviso: “Advertimos a los belicistas que si ignoran a la opinión pública mundial y deciden lanzar un nuevo ataque contra Irak, habrá una gigantesca ola de resistencia”. Los términos “resistencia” y “desobediencia civil” –propuesta por el Foro– en el lenguaje de la extrema izquierda son bien conocidos, por ejemplo, en el País Vasco, bajo la denominación “kale borroka”. En Madrid o Barcelona, hasta ahora, no ha habido incidente graves en las manifestaciones celebradas contra la guerra, pero una llamada nítida en esos términos puede provocar problemas.
También está prevista la agitación laboral y sindical: "El 21 de marzo, en todos los países del mundo donde sea posible, será un día de acción solidaria contra la guerra de los trabajadores y trabajadoras (...) En algunos países se están ya preparando huelgas generales contra la guerra ese mismo día. Hacemos un llamamiento a los sindicatos de todo el mundo a apoyar y promover acciones contra la guerra el 21 de marzo".
Para el día en que se produzca un eventual ataque a Irak, los reunidos en Londres también acordaron acciones conjuntas: “convocaremos protestas masivas en todas las capitales y grandes ciudades del mundo”. Todo está preparado y ordenado.
El PSOE cede la labor a las plataformas
Por eso, el PSOE de Zapatero prefiere aprovecharlo y sumarse a las manifestaciones en detrimento de una labor parlamentaria de oposición estrictamente política. De hecho, el perfil ideológico contra la guerra en su página web, se lo ceden directamente a la plataforma “Cultura contra la Guerra”, convocante de la manifestación de este sábado y representada por el actor Pepe Viyuela, el popular “Filemón”.
Desde el enlace directo que el PSOE brinda en su web a esta plataforma se navega a placer por la mayoría de las páginas antisistema, incluidas las alojadas en Nodo 50, conocidas por alojar al variopinto movimiento proetarra. Zapatero vuelve este fin de semana a la calle detrás de una pancarta cayendo en brazos de sus organizadores, el más activo de ellos, la IU de Llamazares.
Tras el desastre del Prestige también pudo comprobarse cómo el PSOE se cobijaba bajo el paraguas de Nunca Máis. Blanco llegó a decir "yo también soy de Nunca Máis". La razón era la misma que en el caso de la guerra: aprovechar el tirón de una estruictura montada, en este caso, por BNG. Quedó demostrado en la manifestación de Madrid en la que el chapapote y Bush se mezclaban en los manifiestos.
Los boicots son parte de un plan
En la citada reunión, se acordó la acción conjunta contra la guerra o, más bien, contra los gobiernos y políticos empeñados en desarmar a Sadam antes de que pueda lamentarse. Allí se plantearon las “huelgas estudiantiles y laborales”, las “manifestaciones y acciones de desobediencia civil para el 15 de marzo” y, lo que es más significativo, “presiones masivas sobre parlamentarios”. En España, este punto se está aplicando con eficacia. Pilar del Castillo, Josep Piqué y, sobre todo, Gallardón, han comprobado cómo estudiantes y profesores han reventado sus actos políticos. No eran acciones espontáneas sino planeadas y con conocimiento de IU.
Este viernes, IU emitió una nota de prensa en la que se felicitaba por el éxito de la manifestación celebrada por la mañana por estudiantes y profesores y calientan los a´nimos para el sábado: “Se trata de una manifestación contra la política del Gobierno de José María Aznar, pero también de la impostura de Gallardón y su corte de aduladores” . Es decir, tras reventar el acto cayendo en el delito, lanzan una provocación. Todo ello, fruto de la “presión masiva a parlamentarios y políticos” acordada en Londres.
Lo que queda por venir
El Foro Social, en un manifiesto conjunto con la presencia activa de Ángeles Maestro, dejó claro un aviso: “Advertimos a los belicistas que si ignoran a la opinión pública mundial y deciden lanzar un nuevo ataque contra Irak, habrá una gigantesca ola de resistencia”. Los términos “resistencia” y “desobediencia civil” –propuesta por el Foro– en el lenguaje de la extrema izquierda son bien conocidos, por ejemplo, en el País Vasco, bajo la denominación “kale borroka”. En Madrid o Barcelona, hasta ahora, no ha habido incidente graves en las manifestaciones celebradas contra la guerra, pero una llamada nítida en esos términos puede provocar problemas.
También está prevista la agitación laboral y sindical: "El 21 de marzo, en todos los países del mundo donde sea posible, será un día de acción solidaria contra la guerra de los trabajadores y trabajadoras (...) En algunos países se están ya preparando huelgas generales contra la guerra ese mismo día. Hacemos un llamamiento a los sindicatos de todo el mundo a apoyar y promover acciones contra la guerra el 21 de marzo".
Para el día en que se produzca un eventual ataque a Irak, los reunidos en Londres también acordaron acciones conjuntas: “convocaremos protestas masivas en todas las capitales y grandes ciudades del mundo”. Todo está preparado y ordenado.
El PSOE cede la labor a las plataformas
Por eso, el PSOE de Zapatero prefiere aprovecharlo y sumarse a las manifestaciones en detrimento de una labor parlamentaria de oposición estrictamente política. De hecho, el perfil ideológico contra la guerra en su página web, se lo ceden directamente a la plataforma “Cultura contra la Guerra”, convocante de la manifestación de este sábado y representada por el actor Pepe Viyuela, el popular “Filemón”.
Desde el enlace directo que el PSOE brinda en su web a esta plataforma se navega a placer por la mayoría de las páginas antisistema, incluidas las alojadas en Nodo 50, conocidas por alojar al variopinto movimiento proetarra. Zapatero vuelve este fin de semana a la calle detrás de una pancarta cayendo en brazos de sus organizadores, el más activo de ellos, la IU de Llamazares.
Tras el desastre del Prestige también pudo comprobarse cómo el PSOE se cobijaba bajo el paraguas de Nunca Máis. Blanco llegó a decir "yo también soy de Nunca Máis". La razón era la misma que en el caso de la guerra: aprovechar el tirón de una estruictura montada, en este caso, por BNG. Quedó demostrado en la manifestación de Madrid en la que el chapapote y Bush se mezclaban en los manifiestos.