Marzo de 2010. Francisco Álvarez Cascos asegura que "una marea creciente de personas" le reclama que vuelva a la política activa como candidato del PP por el Principado de Asturias. Acto y seguido, en Génova le surgen tanto defensores como retractores, y fue entonces cuando Mariano Rajoy dijo, en forma de sentencia dilapidaria: "Yo me encargo".
El líder del PP, compañero de Cascos en los gobiernos de José María Aznar, se comprometía así a solucionar el asunto -que entonces no era ni tan siquiera conflicto- y mandaba a la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, a sondear el ambiente a fin de cerciorarse de que con el ex ministro de Fomento podrían ganar la plaza electoral asturiana.
Esto no significó, en ningún caso, que Cascos dejara de causar animadversión entre determinados dirigentes del 'nuevo PP', pero estos rehusaron enfangarse en un asunto que Rajoy dijo que solucionaría.
Sin embargo, con el paso de los días se comprobó que el PP de Asturias era un verdadero polvorín y que sus actuales líderes, Ovidio Sánchez y Gabino de Lorenzo a la cabeza, no iban a permitir la depuración reclamada por Cascos. El propio ex ministro le llega a decir a Rajoy, en dos reuniones, que los cauces de comunicación con la dirección regional están rotos y son irrecuperables.
Aún con todo, el presidente de los populares se moja en verano, cuando asegura a Cascos que él será el candidato. Un extremo que nunca llega a formalizar, lo que provoca ya iniciado el curso político un durísimo cruce de acusaciones que, en el caso de la dirección asturiana, derivó en insultos y descalificaciones.
Cascos no olvida que el Comité de Derechos y Garantías, bajo orden de la superioridad, no haya llamado al orden a De Lorenzo, que le acusó de actuar como la "kale borroka". Fue la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, quien afirmó en rueda de prensa que el órgano disciplinario no tomaría postura.
Precisamente, el papel de Cospedal ha sido muy comentado de puertas para adentro. Desde el entorno de Cascos se le acusa de "torpedear" su candidatura, a lo que los suyos replican que "eso es completamente mentira", independientemente de que se pueda sentir más o menos a gusto con el hecho de que él pueda ser cabeza de cartel.
Dicho lo cual, todos parten de una base irrefutable: "Rajoy es, en última instancia, el máximo responsable de lo que ocurra en Asturias". Así lo dijo él mismo, hace ahora nueve meses. Sin embargo, mucho han cambiado las cosas desde entonces.