Pero ¿quién va a hacer caso a las promesas de Zapatero?
El Presidente por accidente (11-M) que padecemos parece que lo único que llegó a aprender en su larga etapa de diputado "culiparlante" fueron las enseñanzas del embustero "Viejo profesor": "Ya se sabe que las promesas electorales se hacen para no cumplirlas".
Y no es la única. En la campaña -o precampaña, que para el efecto tanto da- electoral de 2004, prometió en una visita a un Ayuntamiento de los del cinturón de Madrid -no recuerdo si fue Getafe, Móstoles u otro municipio de la zona- en un encuentro con la Policía Local, que sustituiría el Ministerio del Interior, porque ¡qué era eso de Ministerio de Interior ;-)! por un MINISTERIO DE SEGURIDAD. ¡Toma ya!
Bueno, pues preguntado a unos meses de su nombramiento como Ministro de Interior, por la fecha en que se haría el cambio de denominación del ministerio, conforme a lo prometido en su etapa de candidato por ZP, no tiene otra respuesta que la de decirle que.... eso llevaba muchos trastornos, que había que reeditar el material impreso, etc., etc, etc.
Al poco tiempo se fusionan las Durecciones General de la Policía y la Dirección General de la Guardfia Civil y no hay problema. Se creo un ministerio vacío, el de Vivienda, y no hubo problema, se creo otro ministerio, el de Igual da, para promover el aborto libre hasta de niñas de 16 años sin conocimiento de sus padres y la eutanasia y otras barbaridades más, ¡Y no hay problema, oiga!
Se acumulan, como en cajón de sastre -y realmente es como un desastre- a un Ministerio que se ha quedado vacio porque sus competencias han quedado transferidas a las Comunidades Autónomas -¡Jamás debó consentirse tamaño desatino!- como es el de Educación, y se le añadió la coletilla de lo de las "Políticas Sociales y el Deporte". Ahora con el "gracioso" rector Gabilondo, que premió con el "doctorado HORRORIS CAUSA " al hijo renegado de Wenceslao Carrillo por su hazañas contra los suyos y contra los del otro lado en el largo período que va desde 1936 hasta hoy, ahora, digo, ha recuperado la competencia sobre la Ciencia, que también es inexistente, pues está parcelada en el incontable n´ñumero de universidades públicas o privadas, formalm,ente autónomas, pero pastoreadas, como las Cajas de Ahorro, desde las comunidades Autónomas.
Nada, aquí no pasa nada. ¡Otra de gambas!
O como decía el castizo: "Nada, lo del ojo no es nada". Y lo llevaba en la mano.
Pues eso. Ya estamos con el ojo en nuestra mano, pero ¡Aquí no pasa nada!
¡Como para fiarse de Zapatero!