Cerrado -aunque sólo a medias- el capítulo de Luis Bárcenas, todos miran ahora a la Comunidad Valenciana, donde Francisco Camps lleva desde el martes evitando cualquier tipo de encuentro con la prensa. Su agenda es un secreto, si bien oficialmente dicen que está atendiendo a “asuntos de despacho”. La realidad, sin embargo, es que el presidente regional está “abochornado” ante las últimas revelaciones del caso Gürtel, principalmente aquellas que afectan a sus más allegados así como a la visita del Santo Padre a la Ciudad del Turia.
“El desprestigio social que supone para su familia que todos los medios hayan publicado los regalos de ‘El Bigotes’ le está haciendo mucho daño”, aseguran fuentes de su entorno consultadas por Libertad Digital. “Le han tocado a su familia, a su hijo, a su mujer, y eso le avergüenza profundamente”. Y es que, según argumentan, Camps quiere evitar a toda costa verse en la obligación de defender a los suyos ante los medios.
El otro gran asunto que le perturba son las dudas generadas en torno a la visita del Papa Benedicto XVI. “Él es católico practicante, y le destroza el tema del Papa, le provoca muchos remordimientos”, aseguran sus más allegados. Según el sumario, el Gobierno regional habría inflado las cifras relativas a este evento, que reunió en la ciudad a un millón y medio de personas.
Judicialmente, eso sí, Camps estaría tranquilo porque el sumario no ha aportado “nada nuevo”, más allá de los citados regalos y de conversaciones “que deberían sonrojar a cualquiera”. “No existe financiación ilícita y no está imputado, eso es a día de hoy lo más importante”, sentencian, en conversación informal con este periódico.
Los temores de Génova, que marca distancias
No lo tienen tan claro en Génova, donde una vez leídos la casi totalidad de los 50.000 folios del sumario -Federico Trillo y un batallón de funcionarios y dirigentes populares se han dedicado a ello toda la semana- temen que se pudieran producir nuevas imputaciones. En la dirección nacional son conscientes de que el juez Pedreira todavía no se ha pronunciado sobre el famoso informe policial que apuntaba a una financiación irregular en el PPCV, si bien “a día de hoy” dicho documento “está en el limbo jurídico” y así esperan que continúe.
Dicho esto, revelador es que ni el líder del PP, Mariano Rajoy, ni tampoco su número dos, María Dolores de Cospedal, hayan expresado públicamente su respaldo al barón valenciano, algo que critican abiertamente desde su entorno. A la espera de novedades en este sentido, en Génova se limitan a decir que los casos de Bárcenas y Camps son “completamente distintos” ya que el segundo “no está imputado”. Esto no quita para que algunos se pregunten si es “ejemplarizante que un presidente autonómico se vea enfangado” en todo este escándalo.
La maquinaria para buscar sustituto, preparada
Como adelantó en exclusiva Libertad Digital, Rajoy mantendrá a Camps como candidato a la presidenta regional siempre y cuando no sea imputado. En caso contrario, pondrá en marcha la maquinaria para buscarle un sustituto. Rita Barberá tendría entonces todas las papeletas.
“Rajoy no se fía al 100% de Camps, ¿cómo se va a fiar con lo que le ha hecho?, pero sabe mejor que nadie la importancia que tiene la Comunidad Valenciana en su cometido, y le apoyará siempre y cuando no se convierta en un problema”, explicaba a este periódico un miembro de la dirección nacional coincidiendo con la visita de Rajoy a Valencia el pasado catorce de marzo.
En la comunidad, las bases temen que se repita el espectáculo ofrecido con Ricardo Costa: “tenemos miedo de que al final esto salpique a todo el mundo, y lo que es peor es que podría tener consecuencias electorales”.