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Y además: Gürtel, Obama, Patxi López, Kosovo...

El hundimiento económico de España será el eje del debate, pero no la única cuestión. A nivel político, Zapatero tratará de rentabilizar el cambio de Gobierno en el País Vasco y la ficción de su paralelismo con Obama. El caso Gürtell, también estaré presente, más cuando Rajoy mantiene a Bárcenas. 

LD (Raúl Vilas) Estas tres son, a priori, las principales armas políticas del presidente del Gobierno para lanzar sus ataques contra la oposición. Mariano Rajoy optará por centrar casi exclusivamente el debate en las cuestiones económicas, pese a que existen asuntos políticos suficientemente graves y relevantes para que el presidente del PP no sólo no rehuya estas cuestiones, sino que pase al ataque directamente.

Por ejemplo, la vulneración flagrante de las libertades en materia lingüística. Salvo sorpresa no parece que este tema vaya tener un peso importante en el debate que comienza este miércoles, excepto, claro está, en la intervención de Rosa Díez. En una democracia normal sería incuestionable que, al menos, se hiciese mención a las últimas y gravísimas revelaciones sobre el 11-M. Sin embargo, eso sí que lo podemos anticipar, sus señorías mirarán, una vez más, para otro lado.

La cuestión política del momento, por su actualidad e impacto mediático, es el cambio de Gobierno en la autonomía vasca. El acuerdo de PSE y PP sobre un documento de mínimos que no marca un rumbo muy claro a Patxi López, impedirá un debate de fondo en esta cuestión. Probablemente nos encontremos ante una de esas discusiones bizantinas y estériles sobre qué fue antes, el huevo o la gallina. ¿Quién es el verdadero artífice del cambio en el País Vasco, el PSOE o el PP? Zapatero y Rajoy tratarán de llevar el ascua a su sardina, mientras la cuestión de fondo –en qué va a consistir el cambio real más allá del institucional– quedará, lamentablemente, relegada a un segundo plano.

Los efectos colaterales de este pacto en el Debate no se terminan ahí. El enfado monumental del PNV se traducirá en una intervención muy dura de su portavoz Josu Erkoreka, que desde que se gestó el acuerdo de los dos grandes partidos en el País Vasco ya ha protagonizado varios encontronazos con el presidente del Gobierno. Los nacionalistas vascos han anunciado ya que se centrarán en la crisis económica, pero bajo un prisma mucho más crítico con Zapatero de lo que nos tenía acostumbrados el PNV en estos últimos años. De hecho, en un comunicado, anticipan que denunciarán la "nefasta gestión" de la crisis económica por parte del Ejecutivo. El resto de grupos nacionalistas, catalanes y gallegos, que comparten con el PNV el fin de la liquidación de España como nación, también pasarán factura a Zapatero por el cambio en el País Vasco.

No se debe soslayar que el Debate tiene lugar a pocas semanas de la celebración de las elecciones europeas. Una campaña que el PSOE ha querido articular sobre la identificación de Zapatero con Obama. Una idea bastante alejada de la realidad, como ha explicado, con especial contundencia, la representante del Partido Demócrata en España, indignada con la manipulación y utilización demagógica que hacen los socialistas de la figura del presidente de EEUU. Dada la Obama-manía que padece la prensa y la política europea, se corre el riesgo de que el debate de ideas en política exterior se diluya en una suerte de concurso sobre quién se parece más al presidente de EEUU.

De parte de Zapatero volverá la identificación del PP con Bush y los "neocon", como origen de todos los males, también del desempleo en España. No faltará, pueden estar seguros, la clásica mención a Irak. Pero en este punto, Rajoy no debería rehuir el debate. Si de lo que se trata es de parecerse a Obama, no cabe duda que el programa del PP está mucho más próximo –en lo bueno y en lo malo– de los postulados del Partido Demócrata. Rajoy sólo tiene que leerse el blog de la representante demócrata en España. Lo dice bien claro.

Sería de esperar que Rajoy ponga especial énfasis en este capítulo en la espantada de nuestras tropas de Kosovo. La gestión de la retirada ha sido el mejor ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas en política exterior. Sin embargo, el PP –el grupo parlamentario dirigido por Soraya Sáenz de Santamaría– ya renunció a la reprobación de Carmen Chacón y se ha mostrado extraordinariamente benevolente con la ministra, pese a la gravedad de la chapuza, por decirlo suavemente.

Otro aspecto a tener en cuenta será la presencia de España en el G-20. Esa silla que le ha prestado el presidente francés Sarkozy en las dos últimas cumbres y que no está garantizada en la próxima reunión que se celebra en EEUU. El presidente del Gobierno sacará pecho y no sería descartable un anuncio en este sentido durante el Debate. Rajoy deberá contraatacar exigiendo que se conozca cual es el precio real de la famosa silla y qué es lo que ha aportado a España en esas cumbres.

Y volviendo a los asuntos domésticos no tengan duda que oiremos hablar mucho a Zapatero de sastres, trajes y espías, dentro de ese totum revolutum en el que se ha convertido el Caso Gürtell que investiga la relación del PP con la trama corrupta de Francisco Correa. La situación de Rajoy en este asunto es de debilidad. La continuidad de Luis Bárcenas como tesorero del PP y senador, deja al líder de la oposición en clara desventaja frente a los ataques que recibirá de Zapatero. Además, la actitud de Rajoy –que dio pábulo a la trama de espías que se inventó El País para dañar a Esperanza Aguirre– contrasta con la actuación de la presidenta madrileña que sí ha forzado la dimisión de todos aquellos cargos del PP de Madrid que se han visto relacionados con la trama de Correa. Así, Rajoy tratará de reducir al máximo la presencia de este tema incómodo en el debate y su defensa se basará en la más que discutible actuación del juez Garzón, las cacerías y las filtraciones a la prensa de un sumario bajo secreto judicial. Apelará a la presunción de inocencia, aunque tras la defenestración de Gerardo Galeote de la lista del PP para las elecciones europeas parezca contradictorio.

Pese a tener sólo un diputado y estar incluida en el Grupo mixto, la intervención de Rosa Díez, ya el miércoles por la mañana, será una de las que más interés despierte. UPyD ha hecho bandera de la defensa, casi en solitario, de la libertad lingüística en todas las regiones de España, al margen de si están gobernadas por el PP o el PSOE. Es la presencia de Díez en el Congreso la que garantiza que este tema no quede fuera del Debate o se toque sólo de pasada. Además, Rosa Díez también es la única diputada que defiende con claridad un programa de verdadera regeneración democrática, poniendo énfasis en una profunda reforma de despolitice la Justicia, frente al impresentable pacto de PP y PSOE para repartirse el control político del CGPJ.

Dos temas, el de la libertad lingüística y la politización de la Justicia, muy relacionados. Fue Rosa Díez quien pidió la dimisión de los miembros del Tribunal Constitucional –cuya composición también ha sido pactada por Rajoy y Zapatero– tras la aprobación de la ley catalana que prohíbe estudiar en castellano en esa región, mientras los magistrados mantienen un inexplicable silencio sobre los recursos presentados contra el Estatuto. UPyD puede animar el debate, además, con otras cuestiones en las que se diferencia del consenso general que existe en lo esencial entre el resto de partidos, como por ejemplo la defensa de la energía nuclear o la reducción drástica del dinero destinado a las televisiones públicas. En lo que va de legislatura, Zapatero ha optado por el ninguneo como estrategia para enfrentarse a Rosa Díez en el Congreso. Está por ver si con este formato que permitirá a la política vasca algunos minutos más de los que suele disponer y ante el peso creciente de UPyD en la política española, el presidente del Gobierno se digna a debatir, o se mantiene en la descalificación personal.

La financiación autonómica será el aspecto fundamental de la intervención del tercer grupo en número de diputados, Convergencia i Unió. Los nacionalistas catalanes exigen que se aplique al pie de la letra lo establecido en el Estatuto de Cataluña, que rompe con cualquier modelo de financiación viable y con la propia Constitución. La estrategia de Zapatero de decir a todo el mundo lo que quiere oír carece ya de ninguna credibilidad, por lo que tendrá muy difícil eludir las criticas del portavoz de CiU, Josep Antoni Durán Lleida. El nacionalista anuncia una intervención dura cuyo contenido, dice, será "de moción de censura".   

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