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La "depre" entre sonrisas de González y Zapatero

Guiños, chascarrillos, aparente complicidad. Era más necesario que nunca cuidar los gestos e inyectar una dosis de ánimo y autoestima a los socialistas. Zapatero lo sabía; Felipe González, también, pero no evitó hablar de "depre".

Con su mueca de sonrisa dibujada en el rostro, el presidente del Gobierno afrontaba el habitual paseíllo y posado con periodistas y cámaras antes de entrar en la sala donde se celebraban los actos conmemorativos del centenario del grupo socialista.

Pasó el primero ante el cordón tras el que aguardaba la prensa y alguien le preguntó: "¿Espera muchas críticas del señor González?". No contestó, como tampoco González, no tan sonriente, para quien la pregunta fue: "¿Va a hacer muchas críticas a Zapatero?"

Era importante cuidar hasta el último gesto, por lo que Zapatero esperó unos segundos al ex presidente para posar frente a la prensa y junto al cartel con la foto de Pablo Iglesias.

Dentro, el trago fue menos amargo del que quizá tenía previsto Zapatero. Risas y chascarrillos constantes entre ambos, continuos guiños de aparente complicidad, aplausos entusiastas desde los cientos de viejos y nuevos diputados... Aunque Felipe González adoptó un papel un tanto paternal. En tono de reprimenda recordó todo lo que se estaban haciendo mal y en lo que había que mejorar. Eso sí, cada uno marcó posiciones.

"José Luis, tenemos dos años" para dar la vuelta a las encuestas y ganar las elecciones, decía González, después de señalar muy apesadumbrado que atravesaban momentos en los que en la familia socialista "estamos depres". O si quería rememorar alguna anécdota no dudaba en volverse al presidente: "¿Te acuerdas, José Luis?" Y José Luis asentía sonriente con la cabeza.

"Vamos a taparnos la yugular y a trabajar, para que esperen no dos años, José Luis, sino para que esperen otros seis más", concluía González orgulloso de su alocución entre un mar de aplausos socialistas.

Zapatero no se quedó atrás en el ritual de muestras de apoyo mutuo y hasta reveló un SMS que le escribió Felipe después del que siempre dice que fue su peor día al frente del Gobierno -cuando anunció el tijeretazo- donde el ex presidente le mostraba su respaldo. Pero también quiso corregir a González: "Felipe, de depre nada, no estamos nada deprimidos los socialistas", aunque su tono de voz no era precisamente optimista.

Terminó feliz Zapatero... al menos en apariencia. "Siento algo más que orgullo sano. Siento alegría de estar con vosotros. Gracias". Se esperaba también la intervención de Leire Pajín, pero quizá tras este recital prefirió no hacerlo.

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