El fiscal, que juró los principios del Movimiento, dijo que "es una realidad y una evidencia que la magistratura española durante toda la dictadura permaneció muda ante los crímenes franquistas" y fueron "fieles servidores de la dictadura". "Por tanto, me atrevería a decir que subsisten de forma más o menos larvada, formas de pensar próximas al franquismo. De lo contrario, no se explica lo que está ocurriendo con el juez Garzón".
Villarejo arremetió en especial contra el magistrado del Supremo Adolfo Prego, ponente en la causa contra Garzón por el franquismo. "Creo que el alineamiento público de este magistrado con posiciones de extrema derecha como lo ha sido la presentación pública de los libros de Pío Moa o su presencia en fundaciones ultranacionalistas, justifica plenamente que dicho magistrado se hubiera abstenido de intervenir en la causa contra el juez Garzón desde su inicio, porque puede entenderse muy razonablemente que está ideológicamente comprometido con las partes acusadoras".
Dice el ex fiscal que a Garzón se le persigue "como a un delincuente", lo que representa un "escarnio para los principios que deben inspirar el funcionamiento de un sistema judicial democrático" y que "la extrema derecha española, con la connivencia del Tribunal Supremo, está atacando sin piedad al juez Baltasar Garzón".
Dice Villarejo que la suspensión está relacionada con el caso Gürtel. Que "los imputados y perseguidos por un juez de instrucción, en este caso el juez Garzón, terminen siendo los acusadores de dicho juez con la complacencia, en este caso, del Tribunal Supremo, es un verdadero escándalo.
El ex fiscal anima a los ciudadanos a criticar "con rotundidad" la decisión del CGPJ y cree que es una forma "de reprimir y criminalizar el ejercicio libre de la independencia judicial. Por tanto, el mensaje que esta suspensión representa es la creación de un cierto clima de amedrantamiento sobre jueces y magistrados".