Alejo Vidal Quadras vuelve a denunciar con nombres y apellidos que no le gusta la estrategia de Mariano Rajoy de "no hacer nada" a la espera de que José Luis Rodríguez Zapatero se hunda a consecuencia de sus propios errores. El eurodiputado del PP hace un diagnóstico demoledor sobre la forma de actuar de su líder, y no lo expone en un sitio cualquiera sino en la mismísima web oficial de la formación.
"El enfoque de la principal fuerza de la oposición ha de ser el propio de un futuro gobierno, lo que determina un cambio de actitud, de discurso y de línea de acción", sentencia el dirigente popular, que el próximo nueve de diciembre reaparece tras días indispuesto para presentar la obra El delfín del PP, la primera biografía política sobre Alberto Ruiz Gallardón.
Vidal Quadras expone que "la preocupación central del equipo residente de Génova 13 era cómo llegar a La Moncloa" pero que "desde este momento su quehacer constante debe consistir en preparar y sobre todo explicar qué hará una vez empuñe las palancas del Estado".
"La tentación de esperar a que la alternancia caiga cual fruta madura manteniendo sus planes en una calculada ambigüedad con el fin de no asumir riesgos resulta fuera de lugar en las presentes circunstancias de posible quiebra de nuestra deuda soberana y subsiguiente intervención de nuestro país por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional", sentencia, no sin aclarar que Rajoy es hoy percibido como "el sucesor" del actual jefe del Ejecutivo.
Es por ello por lo que, según añade, "el presidente del PP está obligado a actuar con celeridad exponiendo su proyecto para sacar a España del marasmo en el que se encuentra sumida, y hacerlo de manera completa, clara e integrada".
"El desgranamiento de propuestas específicas en este o aquél ámbito, la crítica concreta a errores gubernamentales en asuntos determinados o la celebración de éxitos electorales parciales sin duda son útiles y gratos, pero no bastan", recalca el eurodiputado, para a reglón seguido afirmar que "los tiempos demandan un planteamiento de altos vuelos, ambicioso y valiente, que levante la desfalleciente moral de nuestros conciudadanos y cierre la herida de temor y angustia por la que nos desangramos".
Ya antes del Comité Ejecutivo Nacional, en el que Rajoy defendió mantener "la línea del centro y la moderación" surgida del congreso de Valencia, Esperanza Aguirre rechazaba también hacer este diagnóstico, y mostraba su preocupación velada por este discurso.