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Una vez más, Zapatero intenta amortiguar los abucheos de la Fiesta Nacional con noticias de corrillo

Parece que Zapatero reserva para el día de la Fiesta Nacional todo lo que no se atreve a decir en el Parlamento o, al menos, en público. La candidatura fallida de Bono fue –dice el presidente– "el día del descoloque" y, a toro pasado, afirma que él ya conocía el desenlace. De ETA, adelanta que la legalización de Batasuna no requerirá condena de la violencia. Y del sustituto de López Aguilar, nos enteramos ahora que será "una mujer". Se abren las apuestas. Como en las dos ocasiones anteriores, la crónica del brillante Desfile de las Fuerzas Armadas sólo quedó ensombrecida por los abucheos al presidente del Gobierno que, esta vez, no tuvo más remedio que levantarse al paso de la bandera de EEUU.

(Libertad Digital) Los gritos empezaron a oírse en el madrileño Paseo de la Castellana nada más llegar el coche oficial de José Luis Rodríguez Zapatero. Allí, entre silbidos, el jefe del Ejecutivo saludó al ministro de Defensa, José Antonio Alonso y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
 
El presidente del Gobierno llegó diez minutos antes de que arrancara el desfile. Por tercera vez, es decir, desde que Zapatero llegó al poder, se abuchea a un presidente de Gobierno en el día de la Fiesta Nacional. Eso sí, el Desfile fue un rotundo éxito y las tropas recibieron el calor y el aplauso del público.
 
También este año se repitieron los corrillos del presidente con periodistas en el tradicional recibimiento en el Palacio Real. Sin cámaras y sin micrófonos, José Luis Rodríguez Zapatero hizo gravísimas insinuaciones en lo que a la negociación con ETA se refiere sugiriendo este jueves que no sería obligatorio que Batasuna-ETA condene la violencia para que sea legal. Preguntado por esa obligatoriedad, dijo que hay que "esperar a ver la fórmula que sea" y en "qué momento". Explicó, además, que no van a reconocer la existencia de contactos con ETA porque  es "imprescindible" que sean secretos. Dejó claro que la legalización debe llegar antes de la convocatoria electoral municipal. (Ampliación)
 
Y los periodistas del corrillo siguieron preguntando. Llegó el caso Bono y el presidente quiso hacer ver que también en esto estaba de vuelta. Lo bautizó como "el día del descoloque". Aunque admite que intentó convencer hasta el último momento al ex ministro para que fuera el rival de Gallardón por la alcaldía de Madrid, añadió : "el primero que sé que [la posibilidad de que aceptara] no era real soy yo, era absolutamente remota". Sobre el segundo plato que les espera a los votantes socialistas madrileños no aportó demasiados datos: "Bien es cierto que no está en mis planes que sea del Gobierno de España". Además, en referencia a María Teresa Fernández De la Vega, expuso que "es evidente que sólo será candidato quien quiera serlo" y que no ha hablado "con nadie del Ejecutivo" sobre este tema. Añadió que no descarta ni que provenga "del Parlamento" ni del "Parlamento Europeo", ni "nada". "No puedo descartar a alguien que pueda querer –indicó–. ¿Quién soy yo para descartar a alguien?". (Ampliación)
 
El siguiente asunto de corrillo fue la sustitución de Juan Fernando López Aguilar, actual ministro de Justicia que parece destinado a luchar por la presidencia de la comunidad canaria. Las pistas que ofreció Zapatero darán como resultado mucha quiniela. Sólo ha dicho que será sustituido a finales de año o principios del siguiente y que es "más probable que sea mujer". Si nos atenemos a la implacable paridad, esto significaría más cambios. A estas alturas ya habrá una lista de ministras y a nadie se le pasa por alto el nombre de Margarita Robles. (Ampliación)

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