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Una militancia atípica llena de reproches, críticas y acusaciones a sus compañeros

Pimentel abandonó la cartera de Trabajo salpicado por unas irregularidades del director general de Migraciones. Asumió su responsabilidad política y se marchó. Su despedida ya fue diferente. Sus compañeros de Gobierno. Desde entonces, aunque ha seguido militando en el PP, ha seguido su estela particular. En muchas ocasiones, en sentido contrario a la de su partido.

Libertad Digital Fue el caso de noviembre de 2000, cuando Pimentel Manuel Pimentel, suscribió un manifiesto de la Plataforma para la Convivencia contra la reforma de la Ley de extranjería, impulsada por el mismo Gobierno al que hasta hacía sólo unos meses pertenecía. El texto firmado pedía que se dejara solo al PP.

En marzo de 2001 se volvía a manifestar abiertamente en contra de la Ley de Extranjería. A su juicio, el debate público sobre inmigración “promovido por mis compañeros del Gobierno ha alentado, sin duda ninguna, el racismo”, al tiempo que sostenía que la ley “tiene puntos inconstitucionales”.

En noviembre de 2002 continuaron las críticas, pero esta vez hacia el partido al que ahora renuncia. Llegaron en forma de libro que plasmaba una entrevista con la periodista Carmen del Riego. El ex ministro decía que “en el Partido Popular se evidencian algunas actitudes soberbias que terminarán pasando factura. Al PP le sobra hiperliderazgo”. Entonces Libertad Digital recordó que Arenas, cuando se enteró de la fulminante dimisión de Manuel Pimentel como ministro de Trabajo, dijo: “volvería a contar con él”. La respuesta a estas amables palabras llegó en este libro.

Hace sólo dos mes, el ahora colaborador habitual del Grupo Prisa dio muestras de haber adoptado rápidamente las tesis de la casa. Señaló que los nacionalistas se han visto abocados a plantear propuestas como un referéndum al haber sido situados por el Gobierno de Aznar fuera de la Constitución.

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