(Libertad Digital) La cúpula del PP ha retrocedido a la niñez para desear feliz Navidad y expresar sus deseos de una España mejor. Fue Antonio Basagoiti el pionero en esta regresión de videoclip para decir que quiere ser lehendakari.
El gancho de las nuevas producciones de Génova se centra en la afición, tan española, de comprobar qué huellas ha dejado el paso del tiempo en los rostros famosos. Y ese es el primer mensaje que queda: Ana Mato parece haber hecho un pacto con el diablo, no hay ni rastro (físico) de Javier Arenas en el pequeño que posa con batín; Soraya y Cospedal han sabido cumplir años mejorando; Pons y García Escudero posan casi con el mismo gesto.
El vídeo se inicia con imágenes de los líderes populares en su más tierna infancia sobre las que cada uno de ellos expresa un deseo para España. Soraya Sáenz de Santamaría "quiere vivir en un país en el que todos tengamos oportunidades"; Esteban González Pons, "en un país de todos y en el que todos nos entendamos en una lengua común". Los pequeños aparecen mientras sus nombres de pila –Pío, Soraya, Ana, Javier, Esteban, María Dolores y Mariano– se escriben en la pantalla con efecto sonoro de tiza sobre pizarra. Pasan los años y los niños metidos ya en política siguen expresando los mismos deseos: "Y lo sigo queriendo", dicen uno a uno con mayor o menor vocación interpretativa. Los deseos populares, tan amablemente expresados, forman parte del programa escrito del PP y del sistema que está demoliendo el Gobierno. El trabajo es de mejor factura técnica que los anteriores aunque lleva la carga obamita que puede no funcionar entre sus votantes si se abusa de ella.
El vídeo lo cierra el jefe, sentado en un taburete. Es Mariano –ya Rajoy– el que más sorprende. Resulta difícil imaginar un rostro sin barba. También es complicado asumir su mensaje con la que está cayendo: "Disfrutad, pasadlo bien, sed muy felices… es Navidad". El que pueda, claro.