"Menos mal que no he ido al baño en ese momento porque no lo cuento", ha relatado Gonzalo Peña, que se encontraba comiendo en el restaurante La Rigoletta cuando ha estallado uno de los artefactos colocados por ETA en Palma de Mallorca.
Según este testigo, hacía solo cinco minutos que había llegado al restaurante cuando ha escuchado un "golpe fuerte y seco" proveniente de la zona de la cocina y los baños, aunque en un primer momento no imaginó que se trataba de una bomba de escasa potencia colocada en el baño de señoras.
"Todo ha temblado un poco y al principio pensé que era un portazo", ha indicado el testigo, residente en uno de los bloques de viviendas donde se encuentra el restaurante y que aún no ha podido entrar en su casa, quien luego, al ver "humo negro" y oler a "pólvora" se ha dado cuenta de que podía ser un explosivo.
Por su parte, una trabajadora de la comunidad de vecinos del edificio afectado, Maribel Calle, quien se encontraba en el lugar en el momento de la explosión, precisó que una vecina le comentó que "notó como se movía el sofá, por lo que salió a la ventana asustada", para comprobar que se produjo una deflagración que no causó heridos.
"Menos mal que no he ido al baño porque no lo cuento"
Los vecinos y trabajadores de la Pizzería Rigoletta escucharon un "petardazo muy fuerte" en el interior del establecimiento que provocó la caída de varias placas del falso techo de escayola, las que se encuentran entre la zona destinada a los baños, el personal y las oficinas.
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