L D (Europa Press) "Los propios españoles van a darse cuenta de que lo que hizo Zapatero reduce su capacidad de abogar por el voto de Polonia. Ahora tendrán que esforzarse más", señaló Jaroslaw Pietras al diario de mayor tirada polaco. El político explicó que Marek Belka, primer ministro polaco, deseaba reunirse con el presidente del Gobierno español antes de la cumbre europea de este jueves y el viernes en Bruselas para conocer la posición de Madrid respecto a las perspectivas financieras 2007-2013 y saber hasta dónde puede contar con el apoyo español en este tema, ya que Polonia y España son dos de los principales receptores de fondos de la UE.
Por su parte, el autor del artículo en la Gazeta Wyborcza, Maciej Stasinski, afirmó que la decisión de Zapatero "cayó muy mal en Polonia" aunque dijo que, según las fuentes que ha podido consultar, "nos consta que no fue una decisión de fondo político, sino de índole personal, aunque despreocupada y ligera". El autor de la noticia de apertura de la portada del diario constata que no es la primera vez que Zapatero anula un viaje al extranjero en el último momento “por razones de poco peso” en sus ocho meses de mandato, y recordó el Foro de Formentor o su viaje a Rusia, que finalmente tuvo que celebrarse la semana pasada.
Una actitud “frívola” respecto a los deberes de la política
Stasinski se hace eco del malestar de los periodistas españoles desplazados a la capital polaca para cubrir el viaje de ZP y que se encontraron sin noticias que cubrir. El diario polaco afirma que esto es sólo una muestra más del desorden en la política exterior española, y recuerda que en el programa distribuido a la prensa española con la agenda de Zapatero en Varsovia figura como primer ministro polaco Leszek Millar. "Miller, y no Millar, no es primer ministro de Polonia desde mayo y ahora es Belka quien ocupa su cargo", señaló Stasinski a Europa Press.
"Belka quiso averiguar en qué ámbitos comunitarios pueden cooperar los dos países. No ha conseguido averiguarlo, pero por lo menos ya sabe que su malogrado interlocutor tiene una actitud bastante frívola respecto a los deberes de un presidente del Gobierno. Respecto a los apellidos también", añade en este sentido el artículo.