En ocasiones, las pesadillas se hacen realidad. Éste es el caso del marinero Gaizka Iturbe, uno de los 16 tripulantes del atunero Alakrana, que ha contado este viernes en la Audiencia Nacional el calvario sufrido durante los 47 días de secuestro en aguas del océano Índico.
Golpes, patadas, empujones y escupitajos son algunos de los daños físicos que le tocó vivir durante los días de cautiverio. Las otras lesiones, las psicológicas, aún perduran. Sin embargo, después de haber recibido tratamiento psiquiátrico a Iturbe no le ha quedado más remedio que volver a faenar a la mar.
Durante su declaración ante el tribunal presidido por la magistrada Ángela Murillo, el tripulante del Alkarana ha confesado entre lágrimas que en repetidas ocasiones temió por su vida y la de sus compañeros. "Vi pasar la muerte por delante", ha declarado.
Más de 15 piratas
El marinero ha detallado que los secuestradores, que a menudo estaban "borrachos" y drogados con "hierbas estimulantes" les quitaron el dinero y los móviles que llevaban, les hacinaron en la sala de máquinas del barco, el comedor y los camarotes, y les amenazaban con matarles haciéndoles "el gesto del degollamiento o con la mano en la sien". Tampoco les dejaban dormir ya que se pasaban las noches entrando en los camarotes cargando las ametralladoras y amenazándolos.
Iturbe, que ha tenido que interrumpir su declaración por el estado de nervios en que se encontraba, ha reconocido a los dos acusados como parte del grupo de captores que asaltó el buque y ha dicho que todos estaban "muy organizados" y les controlaban en grupos de entre 15 y 20 piratas.
Quizás, uno de los momentos más estremecedores de su declaración ha sido cuando el testigo ha descrito la situación del buque ucraniano 'Ariana', al que el 'Alakrana' se acercó para facilitar combustible. Según ha explicado Iturbe, en la embarcación -también estaba secuestrada- se encontraban una mujer con un bebé que "pedía a gritos que la ayudáramos" y una niña de 14 años. Les intentaron ayudar dándoles comida, y medicamentos pero fue inúltil, los piratas no les dejaron. "Nos enteramos a los días que el bebé murió de hambre y la niña de 14 años fue violada", ha agregado el marinero derrumbado.
La pesadilla termina
Además de recordar este calvario, Gaizka Iturbe ha señalado cómo fue el momento de la ansiada liberación el 17 de noviembre de 2009. "Me encontraba en la cama y escuché gritos: '¡Estamos libres, estamos libres, se han marchado!". En ese momento subieron a cubierta y vieron cómo "el último pirata se montaba en la embarcación y se iba". Sin embargo, el miedo dejó paralizada a la tripulación del atunero vasco que en los minutos posteriores se limitó a no moverse por si otro grupo de piratas se hacía con el barco.
Iturbe ha prestado testimonio este viernes porque no podrá estar presente durante la próxima celebración del juicio oral los días 3 y 4 de febrero ya que estará en alta mar.
Los dos acusados, Cabdullahi Cabduwily, alias 'Abdu Willy', y Raageggesey Hassan Aji que han seguido la declaración este viernes , se enfrentan a 220 años de cárcel cada uno por 36 delitos de detención ilegal –6 años por cada uno de los marineros– y robo con violencia y uso de armas, que está tipificado con 4 años más.