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Un guía canino explica que si la Kangoo transportó los explosivos del 11-M el perro lo habría detectado

La primera sesión de esta semana en el juicio del 11-M ha dejado nuevas contradicciones y muestras de lo escasamente contrastados que estaban algunos de los testimonios que figuran en la instrucción. Lo más clarificador fue la declaración de un guía canino que aseguro que si la furgoneta Kangoo transportó los "50 ó 60 kilos" de explosivos, "la perra lo hubiera detectado". El conocido como "Tedax Pedro" sostuvo que la radiografía de la mochila de Vallecas no le valió para saber que no iba a estallar y que le dijeron "taxativamente" que procedía "directamente" de la estación de El Pozo, sin pasar por el Ifema como sostiene la fiscal. Por su parte, el portero de Alcalá dijo que no vio a nadie entrar en la estación de Cercanías procedente de la Kangoo. Por último, parece claro que los Tedax no han practicado nunca con Goma 2-ECO.
LAS CLAVES DEL DÍA
Una tartera y cables rojo y negro


(Libertad Digital) El desfile de testigos de este lunes 19 de marzo ha sido interminable en las dependencias de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo. Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal, parece decidido a impedir pérdidas innecesarias de tiempo –hay muchas y suelen ser por despistes de las partes– e imprimir un nuevo ritmo al proceso. La lista y orden de las testificales es la propuesta por la fiscal Olga Sánchez y sigue arrojando las carencias de la instrucción.
 
A falta de que sepamos qué fue lo que explotó en los trenes, los protagonistas del día han sido una vez más la mochila de Vallecas y la furgoneta Kangoo.
 
LA MOCHILA DE VALLECAS. El operador número uno de los TEDAX, conocido con el sobrenombre de "Pedro", que desactivó la mochila de Vallecas en el Parque Azorín dijo que la radiografía no le sirvió de nada. Hay que recordar que esta radiografía, vital tanto para un desactivador como para un juez instructor, llegó al despacho de Juan Del Olmo más de cuatro meses después de los atentados. Tal y como adelantó Libertad Digital, Sánchez Manzano no informó de ella a su debido tiempo.
 
Lo cierto es que esa radiografía, como quedó explicado la semana pasada, ofrecía una información clara: la bomba no podía estallar dado que las rabizas del detonador no estaban conectadas. El encargado de desactivarla, el mencionado Tedax Pedro, optó por no valorar esa información dado que, como ha declarado, sólo apreciaba "una maraña de cables".
 
Otro operador, el número tres, dijo que la información que aporta la radiografía "es muy relativa porque cada uno la puede interpretar de diferente manera pero yo veo las rabizas (extremo de cable) sueltas. Pudiera ser que por esto no explotara la bomba".
 
A lo largo de este juicio ha quedado claro que en cualquier operación de desactivación, el que desempeña el papel de operador número uno es el que lo decide todo al ser el que se juega la vida. Pedro dijo que evidentemente el artefacto no podía explosionar por tener las rabizas desconectadas, es decir, por no haber continuidad entre el teléfono y la bomba. Valorando la "chapuza" dedujo que las manos que manipularon el móvil y las que lo conectaron al explosivo fueron distintas. "Algo no cuadra", añadió. En opinión del desactivador del Parque Azorín, la bomba era "sencilla en su concepción" pero "muy ingeniosa" y no se correspondía con la de "otros grupos terroristas autóctonos".
 
Pero sin duda, lo más valioso de la declaración del Tedax Pedro se refiere a la tan comentada ruta de la mochila de Vallecas. Según su testimonio, los funcionarios de la comisaría de Vallecas le dijeron taxativamente que la mochila procedía "directamente" de la estación de El Pozo. Es decir, que según sus compañeros no pasó por el Ifema donde a esas horas estaban los bultos recogidos.
 
LA KANGOO. Destacan por su importancia tres testimonios: el del conserje de una finca de Alcalá, el del responsable de la Policía Científica de la comisaría de Alcalá y el de un guía canino. Este último dejó claro a preguntas de un letrado que si la furgoneta hubiera transportado los explosivos el día anterior, "la perra lo hubiera detectado". No se habla ya de restos de cartuchos sino de la supuesta función de esa furgoneta, al menos en la versión oficial, que fue precisamente la de transportar la dinamita que mató a 191 personas en los trenes.
 
El responsable de Científica de Alcalá avaló con su testimonio que los objetos que aparecieron en la furgoneta cuando ésta llegó a las dependencias policiales de Canillas no estaban cuando él entró para desbloquearla poniendo el punto muerto para poder arrastrarla con la grúa que se la llevó.

Por último, el portero de Alcalá, famoso por identificar sin querer a un diputado socialista en la comisión de investigación como el que le había telefoneado para preparar su intervención, caracterizó su intervención por la falta de memoria. En varias ocasiones incurrió en contradicciones que justificó con los tres años transcurridos. Sin embargo, sí dijo que en ningún momento vio que las personas que estaban cerca de la furgoneta entraran en la estación de Cercanías de Alcalá. También confirmó que nunca vio el Skoda Fabia ni a la Policía hacer fotos a la Kangoo.

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