(Libertad Digital) El artículo, publicado el 8 de abril de 2003, parte del trigésimo aniversario del fallecimiento de Picasso como excusa simbólica para usar el “Guernica” en un desvirtuado análisis de la guerra de Irak. El resto de su exposición es un laberinto en el que entran Lluis Llach – “los vascos le debemos estar muy agradecidos por su solitarios compromiso en plena postguerra, ante el crimen deEstado que la Policía perpetró el 3 de marzo de 1976 en Gasteiz” –, Anasagasti, Otegi, y el GAL. Pero a donde quiere llegar Uriarte es a su guerra.
Tarda varios párrafos en deducir que “ si la población de un país cuya cultura y civilización han sido trascendentales para la humanidad, Mesopotamia, es ferozmente atacada por los nuevos cruzados, en Euskal Herria, desde el Reino de España, asistimos con el PP a una de las agresiones más espeluznantes que existen en el mundo civilizado contra todos, absolutamente todos, los elementos que integran nuestra idiosincrasia como nación: lengua, cultura, instituciones, enseñanza, deporte, costumbres... ”. El lector próximo a la realidad del País Vasco no tarda en advertir la ausencia de ETA en el análisis y que en el "feroz" ataque que describe el autor no aparecen los mil asesinatos de la banda.
Pero –acostumbrados a este tipo de visiones– lo realmente importante de este artículo es la llamada a manifestarse este sábado, nada que ver con Irak y los iraquíes: “Por eso, el sábado debe quedar muy claro contra qué guerras nos rebelamos en Euskal Herria con ira. La marcha debería ir precedida por la interpretación periódica de la marcha fúnebre Guernica, compuesta por Sorozabal, y no pasar impasible delante de la sede del PP, de la Delegación del Gobierno de España (futura embajada de este país en Euskal Herria) y del consulado británico, tres sedes de la criminalidad aliada” .
Cierra su artículo Uriarte como empezó, con Picasso y el “Guernica”, rasgándose las vestiduras por el hecho de que el mural esté “en un museo llamado Reina Sofía, esposa de un rey impuesto por un dictador e impasible ante el dolor de un noble pueblo masacrado criminalmente por un frente imperialista”. Así que lo reclama para su Euskal Herria y hace un llamamiento internacional para recabar apoyos en esta empresa. En un solo artículo.
Tarda varios párrafos en deducir que “ si la población de un país cuya cultura y civilización han sido trascendentales para la humanidad, Mesopotamia, es ferozmente atacada por los nuevos cruzados, en Euskal Herria, desde el Reino de España, asistimos con el PP a una de las agresiones más espeluznantes que existen en el mundo civilizado contra todos, absolutamente todos, los elementos que integran nuestra idiosincrasia como nación: lengua, cultura, instituciones, enseñanza, deporte, costumbres... ”. El lector próximo a la realidad del País Vasco no tarda en advertir la ausencia de ETA en el análisis y que en el "feroz" ataque que describe el autor no aparecen los mil asesinatos de la banda.
Pero –acostumbrados a este tipo de visiones– lo realmente importante de este artículo es la llamada a manifestarse este sábado, nada que ver con Irak y los iraquíes: “Por eso, el sábado debe quedar muy claro contra qué guerras nos rebelamos en Euskal Herria con ira. La marcha debería ir precedida por la interpretación periódica de la marcha fúnebre Guernica, compuesta por Sorozabal, y no pasar impasible delante de la sede del PP, de la Delegación del Gobierno de España (futura embajada de este país en Euskal Herria) y del consulado británico, tres sedes de la criminalidad aliada” .
Cierra su artículo Uriarte como empezó, con Picasso y el “Guernica”, rasgándose las vestiduras por el hecho de que el mural esté “en un museo llamado Reina Sofía, esposa de un rey impuesto por un dictador e impasible ante el dolor de un noble pueblo masacrado criminalmente por un frente imperialista”. Así que lo reclama para su Euskal Herria y hace un llamamiento internacional para recabar apoyos en esta empresa. En un solo artículo.