Concretamente, se destinaba un presupuesto de 1.427.500 euros a la adquisición de 1.500 unidades de este equipamiento de seguridad y 5.000 fundas de respuesto.
La resolución preveía un plazo de entrega de tres meses y marcaba como fecha límite de presentación de las ofertas el 18 de junio de ese mismo 2008. Sin embargo, más de diez meses después de esa fecha, concretamente el 4 de mayo, se publicaba en el BOE una nueva resolución por la que se indicaba el "desistimiento del procedimiento", un término legal que implica que se cierra el concurso sin tomar una decisión final, es decir, que los guardias civiles seguirán trabajando sin la protección de los chalecos antibalas.
Desde la Dirección General de Tráfico, que era el departamento de Interior que promovía el expediente, se han ofrecido pocas aclaraciones al respecto, solamente que "se va a modificar el pliego de condiciones y los criterios de valoración". Lo llamativo es que se descubra el "error en los criterios de adjudicación" (que es lo que se dice en el anuncio del BOE) exactamente doce meses de haber publicado el concurso y diez meses después de que cerrara el plazo de admisión de ofertas.
Mientras, los Guardia Civiles siguen sin chalecos
La noticia sorprendía poco al Secretario Nacional de Organización de Asociación Unificada de la Guardia Civil, José Antonio Agudo, que en conversación con Libertad Digital aseguraba que actualmente los guardias civiles de la Agrupación de Tráfico carecen de chalecos antibalas y que, aún peor, no es poco habitual que falten elementos de seguridad en el equipamiento. Así, "tampoco contábamos con guantes anticorte hasta hace muy poco tiempo".
Agudo señala que puede que el cierre del concurso se deba a la actual situación económica, aunque considera poco afortunado que esto pueda afectar a "algo tan sensible como la seguridad de la gente".
En cualquier caso, también señalaba que la cifra de chalecos prevista en la resolución inicial, tan sólo 1.500, es claramente insuficiente para los más de 9.000 agentes de la agrupación, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un equipamiento que "incluso por razones de higiene" no es razonable compartir.
2.500.000 euros para polos de manga larga
Llama también la atención que, mientras se demora durante más de un año la adquisición de un equipamiento de seguridad como los chalecos antibalas, se dediquen dos millones y medio de euros en la adquisición de polos de manga larga para el mismo grupo de agentes.
Se trata de un contrato que apareció en una resolución del BOE del pasado 31 de diciembre y que, según los datos del propio portal de contrataciones del Ministerio del Interior ya estaría adjudicado (si bien de forma provisional), una celeridad que contrasta con el caso de los chalecos.
El contrato tiene una duración de dos años, por lo que su asignación presupuestaria deberá también repartirse en dos ejercicios. No obstante, la cantidad gastada superaría el millón de euros anual y se acercaría bastante al costo de los chalecos antibalas.
Otro aspecto llamativo de esta licitación es que no se especifica la cantidad de prendas necesarias, como suele ser habitual en este tipo de concursos.