(Libertad Digital) Zapatero comenzó revistiendo su subida a la tribuna de excepcionalidad: "No es frecuente que el Gobierno tome la palabra en el debate de resoluciones pero el interés de la materia me obliga a comparecer e intentar hacer una tarea que valoraran los españoles. Que esta cámara y la democracia por la que tanto hemos luchado sirva para buscar acuerdos y no para proclamar rupturas como hemos oído aquí".
Lejos de esa pretendida excepcionalidad, el discurso de Zapatero estaba elaborado y surtió efecto en las filas socialistas. "Desde la Transición –dijo Zapatero– el PSOE nunca ha expresado que rompe relaciones con el Gobierno en cuestiones que afectan al Estado, a la vida, la libertad y la seguridad de los españoles".
Tras ello, el presidente del Gobierno se quejó de que Rajoy "ha dicho que ha estado en silencio y escuchando y sufrido críticas, pero no ha estado en silencio sino que desde que el Gobierno resultó investido se ejerció una tarea de crítica a la política antiterrorista del Gobierno". Según el presidente, su papel como líder de la oposición fue bien distinto: "Yo tampoco lo estuve en la oposición, puse mi firma al servicio del Gobierno en la lucha contra el terrorismo, cada día y cada minuto. Estuvimos en el apoyo permanente a la dirección política que marcaba el Gobierno". Entonces recordó que "hace un año dijo que yo estaba traicionando a las víctimas del terrorismo y eso es peor que una crítica".
También recordó lo que dijo Acebes y dirigiéndose a él, dijo: "Estoy dispuesto a olvidarlo porque sé que es lo que quiere la mayoría de los españoles. Pero no olvido mis responsabilidades". Entre ellas, enumeró, "salvaguardar la seguridad y la vida de los españoles. El fin de la violencia de ETA y un proceso de paz. Cumpliré mi compromiso".
Zapatero calificó de "juego hipócrita" el debate sobre la palabras por las criticas a llamarlo "proceso de paz" con el argumento de que no hay guerra y mostró un documento oficial de la tregua del 98 en el que figuraba la frase "proceso de paz". "Cuando gobernaba el PP era un proceso de paz y ahora está proscrita la palabra proceso de paz". Zapatero también dijo que durante aquella tregua se tomó la decisión de iniciar contactos sin comunicárselo a nadie, "sólo hubo un mensaje de móvil a Rubalcaba. Hubo pocas quejas". El presidente del Gobierno leyó una intervención de José María Aznar en La Moncloa explicando por qué no había comunicado el inicio de los contactos apelando a la "responsabilidad compartida y la responsabilidad intransferible" del presidente del Gobierno para dar "el toque de partida" del diálogo con ETA. "Yo no voy a dar la señal hoy porque quiero que sea compartido".
Seguidamente, el presidente leyó un editorial de El Mundo sobre esta falta de comunicación en el que se llamaba Movimiento de liberación Vasco a ETA y se apelaba a evitar el protagonismo político porque la paz sería un logro de todos. Zapatero aseguró que durante la tregua de Aznar también se dialogó con Batasuna y hubo acercamiento de presos. "¿Alguien dijo entonces que el gobierno del PP estaba pagando un precio político?", preguntó.
Las víctimas del terrorismo abandonan la tribuna de invitados en la intervención de Zapatero
Zapatero, en su segunda réplica a Rajoy, justificó "la reunión que ha anunciado el PSE con representantes de la ilegalizada Batasuna no representa ningún precio político, ni nada que se le parezca, seamos respetuosos con lo que representa la ley y la democracia". "No vulnera ningún precepto de ningún ordenamiento jurídico, no tiene ningún efecto político, ningún efecto jurídico, lamento que se dude de los compañeros del PSE, de Patxi López, que tanto sufrimiento han pasado, que sólo buscan apoyar a tarea de la paz", dijo Zapatero.
La socialista vasca Gotzone Mora no soportó la alusión: "Tú no me representas", dijo. La Policía les había advertido que si hacían comentarios en alto o aplaudían serían expulsados. Mora fue expulsada. En ese momento, el resto de los representantes de la AVT y otras asociaciones de víctimas del terrorismo, presenten en el hemiciclo, abandonaron la tribuna de invitados en plena intervención de Zapatero, precisamente cuando éste se escudaba en el sufrimiento de los socialistas vascos para defender la negociación política con los asesinos de ETA. Recibieron una ovación desde los bancos del Partido Popular.