L D (N. G. Mostazo) El pasado 4 de septiembre, Jorge Dezcallar, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) –antiguo CESID– compareció ante la Comisión de Fondos Reservados del Congreso: un comité secreto en el que está prohibido incluso entrar con el teléfono móvil encendido. Poco después de que concluyera la reunión se produjeron dos filtraciones de los asuntos que allí se habían tratado. La primera, a través de la agencia estatal Efe , se limitaba a enumerar algunas cuestiones genéricas, como los objetivos habituales del servicio español de espionaje: Latinoamérica, Marruecos, el terrorismo de ETA, la llegada de inmigrantes, las mafias y el terrorismo islámico.
La segunda filtración se produjo a través de la Cadena SER . La emisora afirmaba que había tenido acceso a tres informes del servicio de inteligencia elaborados en el mes de febrero, poco antes de que se iniciara la guerra en Irak. Los supuestos documentos venían a decir que el CNI no tenía pruebas concluyentes de que Irak tuviera armas de destrucción masiva. Basándose en estos argumentos, la SER acusó al Gobierno de avalar la guerra en Irak en contra de los informes del CNI. Sin embargo, Libertad Digital fue el único medio que publicó un extenso reportaje en el que explicaba que el Centro de Inteligencia no tenía fuentes propias para informar al Ejecutivo sobre la verdadera situación en Irak.
A pesar de todo, la polémica iniciada por la Cadena SER llegó arrastrada hasta el miércoles día 10 de septiembre, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó la campaña de la SER para preguntarle al presidente del Ejecutivo sobre este tema y Aznar le contestó que, para fijar la posición oficial española ante la crisis de Irak, “nos fundamentamos en dos cosas: en la vulneración de la legalidad y en los informes de Naciones Unidas, y no en ningún informe de servicios de inteligencia, ni españoles ni extranjeros”.
Trillo desmonta a la SER
El diario El Mundo publica este sábado una extensa entrevista con el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en la que se refiere a la polémica de las armas de destrucción masiva en Irak. “Con franqueza –responde Trillo–, ni tenía informes propios, ni tengo tesis propias de dónde pueden estar las armas. Yo creo que están, yo no creo que estén destruidas, sino ocultas en algún lugar, o que las destruyeron o las sacaron en el último momento, pero nunca he dudado de que existiera allí capacidad química o bacteriológica”, subraya el ministro de Defensa.
Al ser preguntado sobre los documentos en los que se basó el Ejecutivo para no dudar de la existencia de las citadas armas, Trillo afirma que “en el Gabinete de Crisis hemos tenido siempre los mismos informes derivados de las resoluciones de la ONU”. En concreto, “hemos tenido los informes de otros países, hemos tenido las informaciones y las comprobaciones que se nos han suministrado, al menos de las que han sido públicas, y no hemos podido sino confirmar su veracidad. Por ejemplo, la información que presentó ante Naciones Unidas, y que era muy importante, el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell”.
El ministro de Defensa también afirma, en sus declaraciones a El Mundo , que “el Centro Nacional de Inteligencia no ha hecho informes propios sobre las armas de destrucción masiva en Irak, eso no se ha hecho. Entre otras cosas, porque, seamos claros, el CNI no tenía capacidad para tener informaciones propias” . Esta afirmación concreta desmonta totalmente la campaña de la SER y el PSOE contra el Gobierno, y también confirma lo publicado en Libertad Digital hace dos semanas, cuando este diario explicó que el CNI, por una simple cuestión operativa, no tenía fuentes propias para informar sobre la situación real en Irak en febrero pasado.
La segunda filtración se produjo a través de la Cadena SER . La emisora afirmaba que había tenido acceso a tres informes del servicio de inteligencia elaborados en el mes de febrero, poco antes de que se iniciara la guerra en Irak. Los supuestos documentos venían a decir que el CNI no tenía pruebas concluyentes de que Irak tuviera armas de destrucción masiva. Basándose en estos argumentos, la SER acusó al Gobierno de avalar la guerra en Irak en contra de los informes del CNI. Sin embargo, Libertad Digital fue el único medio que publicó un extenso reportaje en el que explicaba que el Centro de Inteligencia no tenía fuentes propias para informar al Ejecutivo sobre la verdadera situación en Irak.
A pesar de todo, la polémica iniciada por la Cadena SER llegó arrastrada hasta el miércoles día 10 de septiembre, en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó la campaña de la SER para preguntarle al presidente del Ejecutivo sobre este tema y Aznar le contestó que, para fijar la posición oficial española ante la crisis de Irak, “nos fundamentamos en dos cosas: en la vulneración de la legalidad y en los informes de Naciones Unidas, y no en ningún informe de servicios de inteligencia, ni españoles ni extranjeros”.
Trillo desmonta a la SER
El diario El Mundo publica este sábado una extensa entrevista con el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en la que se refiere a la polémica de las armas de destrucción masiva en Irak. “Con franqueza –responde Trillo–, ni tenía informes propios, ni tengo tesis propias de dónde pueden estar las armas. Yo creo que están, yo no creo que estén destruidas, sino ocultas en algún lugar, o que las destruyeron o las sacaron en el último momento, pero nunca he dudado de que existiera allí capacidad química o bacteriológica”, subraya el ministro de Defensa.
Al ser preguntado sobre los documentos en los que se basó el Ejecutivo para no dudar de la existencia de las citadas armas, Trillo afirma que “en el Gabinete de Crisis hemos tenido siempre los mismos informes derivados de las resoluciones de la ONU”. En concreto, “hemos tenido los informes de otros países, hemos tenido las informaciones y las comprobaciones que se nos han suministrado, al menos de las que han sido públicas, y no hemos podido sino confirmar su veracidad. Por ejemplo, la información que presentó ante Naciones Unidas, y que era muy importante, el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell”.
El ministro de Defensa también afirma, en sus declaraciones a El Mundo , que “el Centro Nacional de Inteligencia no ha hecho informes propios sobre las armas de destrucción masiva en Irak, eso no se ha hecho. Entre otras cosas, porque, seamos claros, el CNI no tenía capacidad para tener informaciones propias” . Esta afirmación concreta desmonta totalmente la campaña de la SER y el PSOE contra el Gobierno, y también confirma lo publicado en Libertad Digital hace dos semanas, cuando este diario explicó que el CNI, por una simple cuestión operativa, no tenía fuentes propias para informar sobre la situación real en Irak en febrero pasado.