Alfredo Pérez Rubalcaba ha intentado, desde que accedió al cargo, en abril de 2006, convertir la modernización de las instalaciones de Policía Nacional y Guardia Civil en uno de sus trabajos más destacados al frente del ministerio del Interior. Lo malo, que la realidad no puede estar más lejos de esto. Y es que, pese a las buenas palabras en público del ministro, el dinero no ha llegado para hacer efectivas estas mejoras, ni siquiera en el apartado de la seguridad.
Muestra de ello, tres acuartelamientos de la Guardia Civil de la provincia de Alicante, en poblaciones que superan los quince mil habitantes, han sido asaltados en los últimos días, causando daños de diversa magnitud en su interior. El resultado de estos actos vandálicos puede resumirse a un coche oficial quemado y varios vehículos particulares pinchados y pintados.
Esta falta de seguridad en los cuarteles del Instituto Armado fue denunciada este jueves, una vez más, por la Unión de Oficiales de la Guardia Civil: "Podemos alegrarnos de que este acto no haya sido llevado a cabo por un comando terrorista, pues las consecuencias tanto materiales como humanas podrían haber sido funestas", aseguraron.
"Con actos así se evidencia que los cuarteles de la Guardia Civil no disponen de las más mínimas medidas de seguridad, resultando desesperante ver como se gastan partidas en multitud de subvenciones y se desprecia continuamente la vida de los guardias civiles y sus familias", continuaron.