Critica el artículo a los "cursis" que dicen que "uno no se puede tomar la justicia por su mano" porque eso es algo "que les parece peligroso". Muy al contrario, Tertsch se muestra convencido de que "si hubiera habido en las últimas tres décadas más Emilios Gutierrez en el País Vasco, quizás no hubiéramos llegado a sumirnos en el lodazal moral, en la sociedad cobarde, chata y miserable que hoy tenemos en sitios que tanto amamos".
También en ABC Edurne Uriarte escribe un artículo con el expresivo título "El vengador de Lazcano" en el que también critica a "esos analistas y ciudadanos supuestamente ejemplares que pontifican contra el ojo por ojo de Lazcano y claman por el respeto al Estado de Derecho", que son en su opinión los que "pasan habitualmente de puntillas" sobre el hecho más importante: que ese Estado de Derecho "apenas existe en Lazcano y en todo el País Vasco".
Uriarte recuerda también que "Si la ley que sí se aplica a Gutiérrez se cumpliera, la herriko taberna, la sede del brazo político de ETA, no estaría abierta, para empezar". La columna llama también la atención sobre la diligencia con la que se actuó contra Gutiérrez: "¿Por qué la policía no detiene inmediatamente a quienes colocan carteles etarras como los colocados en las últimas horas contra Emilio?".
Por último, Uriarte admite que lo que hizo Emilio Gutiérrez "es, obviamente, un delito, aunque debe de ser el delito con más eximentes de los últimos años. Uno especialmente, y es que el Estado le ha dejado sólo y desamparado ante los matones en esa ciudad sin ley que es el País Vasco".