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Terroristas callejeros queman contenedores de basura en Rentería y atacan un cajero automático en Baracaldo

Una nueva noche de terrorismo callejero se ha producido en las calles del País Vasco. El fin de semana que ETA-Batasuna tiene previsto celebrar una manifestación, con el beneplácito del PSE, en las localidades de Rentería y Baracaldo se han sufrido sendos ataques proetarras. En la noche de este viernes un grupo de desconocidos quemaron contenedores de basura en el municipio guipuzcoano, mientras que en Baracaldo un cajero automático resultó totalmente calcinado.

L D (EFE) El terrorismo callejero ha vuelto a actuar en las calles del País Vasco. En esta ocasión han sido las localidades de Rentería (Guipúzcoa) y Baracaldo (Vizcaya) las que en la noche de este viernes han sufrido distintos ataques de los proetarras. Un grupo de desconocidos cruzaron varios contenedores de basura en el municipio guipuzcoano a los que prendieron fuego posteriormente, según informaron a Efe fuentes de Interior del Gobierno Vasco. El incidente se registró hacia las nueve de la noche en la calle Tulle de esta localidad, aunque la calle recuperó enseguida la normalidad tras apagarse las llamas, según las fuentes de Interior.
 
Los desconocidos pretendían formar con los contenedores unas barricadas, en una acción de violencia callejera que ha provocado un comunicado de repulsa por parte de la alcaldía de Rentería.
 
Pero este no ha sido el único acto de violencia registrado en el País Vasco durante el fin de semana en el que está previsto que se celebre la manifestación de ETA-Batasuna. También en la noche de este viernes los proetarras han actuado en Barcaldo. Un cajero automático ha resultado totalmente calcinado en la localidad vizcaína, sin que se produjeran heridos ni se desalojara a los vecinos del inmueble, según ha informado el departamento de Interior del Gobierno vasco.
 
El ataque se produjo unos diez minutos después de la medianoche en la sucursal de La Caixa ubicada en la calle Andicollano, cuando desconocidos rociaron con líquido inflamable el habitáculo del cajero automático y después arrojaron un cóctel molotov. Las llamas, que fueron sofocadas por los bomberos, destrozaron el cajero y dañaron la sucursal bancaria.

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