Ante una nube de periodistas, muchos de los primeros espadas de la formación han dado su valoración sobre lo acontecido, todos ellos a favor de cómo Mariano Rajoy ha gestionado la crisis. Luego, cumplieron -a excepción de Luisa Fernanda Rudi- la ley del silencio impuesta por Génova.
Uno de los más efusivos ha sido el presidente del PP de Canarias, José Manuel Soria, quien espetó que "nadie es imprescindible" y, ni mucho menos, "está por encima de la gaviota". "Quien lo piense se equivoca", remachó el barón regional.
En este sentido también se postuló la líder del partido en Cataluña. Según Alicia Sánchez Camacho, en conversación con Libertad Digital, lo único cierto es que "los órganos han decidido" y que, conforme a los Estatutos, "se ha optado por descartar a Cascos".
Sorprendentes fueron las declaraciones de Manuel Fraga, hasta la fecha defensor del ex ministro. El presidente fundador del PP calificó de "lamentable" el comportamiento de Cascos tras su salido. "Cuando no se es leal a lo profundo del partido, tienes que macharte", afirmó.
Ovidio Sánchezechaba mano de un envalentonamiento después menguado de puertas para adentro y se negaba a hacer autocrítica. Por el contrario, decía que Cascos sufría "un cabreo momentáneo y puntual".
El único algo más conciliador fue el presidente del PP de Baleares, José Ramón Bauzá, que destacó que siempre "entristece" que un secretario general deje las siglas de su formación. El objetivo, no obstante, es dar "portazo" a ojos de este dirigente.