L D (Agencias) "Entre España y Francia sólo puede haber solidaridad contra el terrorismo", subrayó el jefe de Estado, premiado por un jurado presidido por la alcaldesa de Valencia, Rita Barbera, que también asistía al acto solemne de entrega del galardón en el Elíseo.
Sarkozy se dirigió a ETA para decirles que "no son bienvenidos" y que "Francia no será la retaguardia" de la organización terrorista. "Queridos amigos españoles, podéis contar conmigo", reafirmó el presidente, que agradeció la concesión de este premio, en un acto en el que además de su esposa, Carla Bruni, estuvieron presentes las ministras francesas del Interior, Michèle Alliot-Marie, de Justicia, Rachida Dati, así como la secretaria de Estado de Derechos Humanos, Rama Yade, entre otros.
El presidente francés aludió a los dos guardias civiles españoles asesinados por ETA en Francia el pasado diciembre y aseguró que buscaba "a los culpables como si se tratara de policías franceses", en alusión a las víctimas de ese atentado sin precedente en territorio galo. Dos de los etarras fueron arrestados pocos días después del atentado y la policía busca al tercero, del que se cree que fue el autor de los disparos mortales.
Tras recordar que durante 40 años la banda terrorista ha matado a más de 800 personas, Sarkozy afirmó que "ninguna otra organización terrorista ha derramado tanta sangre en Europa como ETA". El presidente valenciano, Francisco Camps, insistió en que con Francia "juntos sabemos que podemos acabar con los terroristas de ETA". Camps consideró la entrega del premio un "símbolo de fraternal amistad entre los dos pueblos" y señaló que en su discurso "Sarkozy ha sido claro y contundente. Ha llamado a ETA por su nombre".
La alcaldesa de Valencia, Riba Barberá, explicó que la concesión del Premio a Sarkozy "simboliza toda nuestra gratitud hacia el pueblo francés y especialmente hacia su más alto representante". Barbera manifestó su "certeza de que la derrota del terrorismo está cada día más cerca".
El premio, que la Fundación Profesor Manuel Broseta concedió en su anterior edición al Rey de España, fue atribuido a Sarkozy, que fue ministro de Interior antes de llegar al Elíseo el pasado mayo, en reconocimiento a su trayectoria política contra la violencia y el terrorismo y su defensa de las libertades.