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Sarasola confesó que las armas que les fueron incautadas envueltas en celofán eran para su grupo etarra

El terrorista de ETA Martín Sarasola declaró ante las Fuerzas de Seguridad que las pistolas que les fueron intervenidas eran para ellos y no para entregarlas a otros terroristas. Además, dice que su grupo fue el encargado de irrumpir a tiros y ller un comunicado de ETA en el homenaje a los etarras fallecidos que se celebró en Oyarzun en plena negociación.

El terrorista de ETA Martín Sarasola declaró ante las Fuerzas de Seguridad que las pistolas que les fueron intervenidas eran para ellos y no para entregarlas a otros terroristas. Además, dice que su grupo fue el encargado de irrumpir a tiros y ller un comunicado de ETA en el homenaje a los etarras fallecidos que se celebró en Oyarzun en plena negociación.
L D (Agencias) Así lo han informado a Efe fuentes de la investigación, que han recordado que las dos armas, procedentes del robo perpetrado en un almacén de Vauvert (Francia) en octubre de 2006, en plena tregua, estaban envueltas en celofán y tenían todavía restos de tierra, por lo que en un primer momento se pensó que Sarasola y Portu las habían recogido para otros miembros de ETA.

Las manifestaciones de Sarasola permitieron al instituto armado la localización de dos zulos en los que los terroristas, a los que entre otros se imputa el atentado de la T-4 y la explosión de una furgoneta en Castellón el pasado verano, ocultaban unos 150 kilogramos de material explosivo.

El primero de los zulos estaba en Sabiñánigo (Huesca) y el segundo en la localidad navarra de Lesaca. Además, en el transcurso de la búsqueda de ese segundo escondite, el pasado día 8, se descubrió el "buzón" a través del que los dos detenidos se comunicaban con la dirección de la banda terrorista.

Las fuentes consultadas han señalado que en el momento del hallazgo el citado "buzón", un bote metálico con plásticos en su interior oculto en un claro de una zona boscosa, estaba vacío.
 
Según la declaración de Sarasola, a la que también tuvo acceso Europa Press, el propio etarra y Joseba Iturbide fueron los encargados de irrumpir el Gudari Eguna que se celebró el 27 de septiembre de 2006 en la campa del monte Arichulegi de Oyarzun para leer una declaración en nombre de ETA. Tras disparar al aire, escondieron los fusiles cerca de donde se celebró el acto, regresaron meses después a recogerlos y se los devolvieron a quien se los había entregado, el también terrorista de ETA José Antonio Aranibar, responsable del grupo especial de la banda.
  
Los cuatro miembros del grupo comenzaron su actividad en 2002 guiando a terroristas a sueldo de ETA de un lado a otro de la frontera con Francia, después se les encomendó trasladar armas y explosivos y en la acción de la campa de Arichulegi (Oyarzun, Guipúzcoa) se convirtieron por primera vez en protagonistas de una acción de ETA. Aquel suceso se produjo en pleno alto el fuego y fue interpretada cómo una seria advertencia de la crisis que vivía la negociación con ETA.
  
Según Sarasola, en mayo o junio de 2006, durante una cita con Aranibar a la que acudió Igor Portu, el primero propuso que el grupo participase en el acto que el entorno de ETA celebra todos los años en Oyarzun con motivo del Gudari Eguna. El grupo decidió entonces que fueran el propio Sarasola y el ahora huido Joseba Iturbide los encargados de irrumpir en el homenaje.
  
En una segunda cita, que tuvo lugar en la localidad de Endarlaza, Aranibar les entregó a Sarasola e Iturbide los dos fusiles de asalto G-3 –muy similares a los Cetme que utiliza el Ejército español–, así cómo montarlos y desmontarlos. También les indicó las pautas de su actuación y el modo en el que debían contactar con un tercer miembro de la banda, que sería el encargado de leer un texto. Los dos miembros del grupo Elurra, como se denominó al mismo, escondieron los fusiles en un zulo que habían construido previamente en la localidad donde residían, Lesaca, y prepararon un segundo escondite cerca de donde sabían se iba a celebrar el acto.
  
El 26 de septiembre, víspera del Gudari Eguna, caminaron desde Lesaca a Arichulegi, cargando con los fusiles, para encontrarse con el tercer etarra en el punto que les había marcado Aranibar. Le reconocieron por una contraseña, acordaron encontrarse al día siguiente en las proximidades del acto y subirse juntos al escenario.
 
Un tercer etarra no identificado
  
Al día siguiente, y una vez comenzado el acto, el tercer encapuchado, flanqueado por Sarasola e Iturbide, leyó un comunicado de ETA en el que advertía que los "gudaris estaban dispuestos a dar su sangre por Euskal Herria" porque "la lucha" no era algo del pasado "sino del presente y del futuro". Los Servicios de Información detectaron cierto acento francés en el individuo que leyó el comunicado.
  
Al terminar, los dos miembros del comando Elurra dispararon al aire en siete ocasiones y huyeron a la carrera, junto al otro etarra. Estas imágenes aparecen en el vídeo proselitista de ETA que interceptaron las Fuerzas de Seguridad en ambientes radicales del País Vasco.
  
Sin embargo, según el relato de Sarasola, enseguida él e Iturbide se separaron del otro encapuchado, dirigiéndose al zulo que habían construido cerca. Una vez allí, desmontaron los fusiles y los escondieron, tomando dirección a Arantza. En esa localidad, se montaron en el coche de Sarasola y regresaron a Lesaca. Meses después, ambos regresaron al zulo, recogieron los fusiles y se los entregaron a Aranibar en un punto de entrega próximo a la N-121.

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