La relación entre Saiz y la ministra de la que en teoría dependía, Carmen Chacón, nunca fue demasiado buena y ha tenido en la dimisión del ya ex director del CNI un último capítulo de desencuentro con dos partes: la primera, la negativa de Chacón y Zapatero al plan de Saiz para depurar a decenas de agentes del centro de los que sospechaba que habían filtrado la abundante información publicada en los últimos tiempos por El Mundo; la segunda, el hecho de que Saiz hiciese pública su decisión de dimitir durante un viaje de Chacón, que se encontraba este jueves de visita oficial en Estados Unidos.
La noticia la da la edición de este viernes de El País, en la que también se recogen las declaraciones de "un alto cargo de La Moncloa" que admitió, siempre según el rotativo de Prisa, que había "áreas del CNI que están fuera de control".
También se cita en la noticia que el penúltimo capítulo de la hostilidad entre Chacón y Saiz fue el anuncio que hizo la ministra en el Congreso de los Diputados de que iba a abrir una información "completa, de forma reservada, sobre todas las circunstancias y hechos relativos a estas acusaciones", algo de lo que el por entonces director de CNI no había sido advertido previamente.
Despedirse con toda una purga
En su información, El País cuenta que Saiz había pedido al gobierno unas semanas de prórroga antes de su cese y, sobre todo, "carta blanca" para depurar a los agentes de cuya lealtad o compromiso dudaba y de quienes sospechaba que habrían filtrado la información que se ha venido publicando en la prensa y, especialmente, en El Mundo.
La "purga" debía alcanzar nada más y nada menos que a 60 agentes del centro, incluidos en una lista que Saiz habría presentado a Chacón y Zapatero en una tensa reunión en la que ambos se habrían negado a respaldar el plan.