Se sentaba en el escaño del número dos del ejecutivo, pero ha sido él quien ha acaparado los focos y los titulares. Hoy en el Congreso no había nadie que no quisiera acercarse a saludar al nuevo protagonista de la política española: Alfredo Pérez Rubalcaba.
"¿Ha llegado ya?". La pregunta de los periodistas minutos antes de la Sesión de Control al Gobierno no se refería por una vez a Zapatero que, sin la habitual nube mediática que le acompaña, hacía su entrada en el Congreso sin despertar gran interés de la prensa. Con Rubalcaba la cosa era distinta. Las cámaras se empujaban para conseguir su primer plano en la instantánea y mientras Zapatero y Rajoy sonaban como telón de fondo, muchos periodistas preparaban sus equipos y su atención para el plato estrella de la sesión plenaria: el rifirrafe con Soraya Sáenz de Santamaría.
La quinta pregunta en el orden del día despertaba gran expectación desde hace días. Ayer mismo gran parte de las preguntas de la rueda de prensa de la portavoz popular tras la Junta de Portavoces iban en el sentido de si le daba "respeto" Rubalcaba.
La expectación o, quizás, los nervios le han jugado una mala pasada a Sáez de Santamaría. En el turno de réplica se ha olvidado de encender el micrófono, por lo que su voz se escuchaba difícilmente.
La bancada del PP comenzaba a quejarse al unísono: "No se oye!"... con lo que Bono tenía que intervenir, con sorna: "debe elevar el micrófono para que se le escuche". Carcajada en la bancada socialista. Soraya pensaba unos segundos... "Si no se trata de hablar muy alto, sino de hablar muy claro", decía finalmente, y continuaba con su alocución que finalizaba con una sentencia: "Hace falta mucho más que química para que transformar la mentira en verdad". "¡Muy bien!", se le oía decir orgulloso a Mariano Rajoy desde el escaño contiguo.
Un encontronazo en el que lo de menos era el contenido: las pensiones. Un asunto por el que el vicepresidente primero del Gobierno ha concluido que el PP es un "partido antisocial" porque "son los abanderados de las políticas sociales cuando están en la oposición pero lo olvidan en el Gobierno y los españoles no olvidan que ustedes se olvidan".
¿Quién ha ganado?
Se suele decir en el Congreso que "quien no gana un debate en el hemiciclo, intenta ganarlo después en el pasillo". Es el mejor termómetro parlamentario para certificar una derrota o una victoria: ver quiénes y cuántos salen a intentar convencer a la prensa. A juzgar por lo que hoy ha ocurrido, Rubalcaba es el claro ganador de este duelo parlamentario. Han sido varios los miembros de la dirección del PP los que han salido a los pasillos a echarle un capote a su jefa en el Congreso. "Soraya ha estado muy bien. Lo del micrófono no tiene importancia"
Fuentes de la dirección del PPdefendían a su portavoz, ya que según muchos "Rubalcaba se la ha comido con patatas". "Lo que vamos a vivir ahora es una lucha de la realidad contra la propaganda pero hay que recordarle al príncipe que también es mendigo...", señalaban al nuevo vicepresidente primero del Gobierno. Las mismas fuentes populares aseguraban que "mientras persista la propaganda, la campaña de imagen, hay que recordarle a Rubalcaba que es también mortal. Mientras estén con el botafumeiro nuestra labor va a consistir en echarles barro".
Pero el PP es consciente de esta campaña de propaganda va a requerir de ellos redoblar esfuerzos. La frase que mejor lo resume dice así: "si antes la lucha era a florete, ahora es a sable".
Por parte del Gobierno no ha habido corrillo. Tan sólo uno en el que un alto cargo de Moncloa se ha parado a saludar a los periodistas y preguntado por su opinión se ha limitado a sonreír y a decir que "la batallita de hoy ha estado muy bien. Hemos tenido un buen comienzo".