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Rubalcaba ha aprobado 26 acercamientos de presos etarras en lo que va de año

Interior ha realizado en lo que va de año un total de 26 acercamientos de presos a País Vasco o a cárceles próximas. Desde enero, nueve han llegado a Nanclares (Álava), ocho a Zuera (Zaragoza), ocho a Villabona (Asturias) y Otegi a Logroño

El Ministerio del Interior ha realizado en lo que va de año un total de 26 acercamientos de presos etarras a cárceles del País Vasco como la de Nanclares de Oca (Álava) o cercanas al territorio de la comunidad vasca y Navarra como es el caso de los penales de Zuera (Zaragoza), Villabona (Asturias) y Logroño. Estos desplazamientos se enmarcan dentro de la política de premios y castigos que aplica el Departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba en su estrategia de debilitamiento del Colectivo de Presos de ETA (EPPK).

Según los datos, partiendo desde el mes de enero, un total de nueve presos han llegado a la cárcel de Nanclares de Oca. Los primeros fueron Luis María Lizarralde Izagirre, Andoni Altza Hernández, José Manuel Fernández de Nanclares y José Antonio Hernández Velasco, este último ya en libertad.

Estos cuatro etarras fueron llevados a este penal después de anunciar públicamente que se desvinculaban de la banda terrorista ETA "por voluntad propia" en una carta en la que también participaron Luis Astarloa y Josu García Corporales, quienes ya habían sido acercados a Álava en noviembre de 2009. Todos ellos fueron expulsados del EPPK por esta acción.

A este grupo le siguieron Caride Simón, autor del atentado contra el Hipercor de Barcelona, Aitor Bores y Koldo Carrasco. Asimismo, en esta mitad de año también han sido trasladados allí dos históricos 'críticos' de la banda como Carmen Guisasola y José Luis Urrusolo Sistiaga. 

Zuera y Villabona

En el mismo periodo de tiempo han sido trasladados a la cárcel de Villabona ocho presos: Juan Ignacio Delgado Goñi, Andoni Díaz Urrutia, Sebas Extaniz Alkorta, Anartz Oiarzabal, Asier Ormazabal, Sebastián Prieto, Francisco José Ramada y Gabriel Zabala Erasun. Por su parte, otros ocho han sido los trasladados a Zuera: Josu Amantes, Iñaki Bilbao, Mikel Egibar, Jokin Errazti, Iñaki Etxeberria, Kepa Etxeberria, Aitor Herrera y José Javier Zabaleta.

El Ministerio también ha incluido la cárcel de Logroño como posible destino de presos con los que poner en práctica su política de traslados. Hasta ese lugar fue acercado el histórico dirigente de Batasuna, Arnaldo Otegi. El ex portavoz de la izquierda abertzale llegó procedente de Navalcarnero (Madrid) y previa estancia de más de dos semanas en Martutene (San Sebastián), donde disfrutó de un permiso por la enfermedad de su padre.

Los traslados en ocasiones se han producido después de que los presos manifestasen públicamente su rechazo a la violencia o a cambio de algún gesto contrario a las tesis de la banda terrorista. Esta estrategia se inició tras la ruptura de la tregua, cuando los presos más veteranos y con largas condenas vieron en el fracaso del proceso una oportunidad perdida para mejorar su situación personal.

La frustración en un sector amplio del colectivo se sumó al descontento hacia la directiva de la banda a la que reprochaban que apenas contasen con ellos durante el proceso de negociación con el Gobierno.

Desde el Ministerio, nunca han dado explicaciones sobre esta estrategia, pero los movimientos buscan siempre fomentar la disidencia entre un colectivo que siempre se había mostrado muy cohesionado y que ahora ha tenido que volver a sancionar estos gestos de disidencia con expulsiones rompiendo así la habitual imagen de unidad.

En busca del efecto contagio

Los elegidos no necesariamente cumplen el mismo perfil. Los hay más veteranos que otros, con distintas condenas y también se dan casos en los que se mezcla a etarras más irredentos con una mayoría crítica en busca del 'efecto contagio'. Sin embargo, el hecho de acogerse a este tipo de privilegios no garantiza terminar de cumplir condena cerca del País Vasco.

Uno de los ejemplos más claros es el de Gorka Martínez Ahedo, quien fue trasladado a Zuera en mayo de 2009, pero sólo duró dos meses. Concretamente hasta que fue sorprendido celebrando el asesinato a manos de ETA del inspector de Policía Eduardo Puelles en Arrigorriaga el 19 de junio de 2009. Actualmente Martínez Ahedo es el único preso de ETA que cumple condena en la cárcel de Sevilla II.

Pese a todo, las llegadas superan el número de salidas. De hecho, ningún preso ha abandonado en estos seis meses alguna de estas prisiones y los pocos que lo han hecho ha sido de Zuera y Villabona para acercarse aun más a Nanclares de Oca.

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