La Operación de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de Policía Judicial en Alicante llevada a cabo este martes está supervisada, al milímetro, por el ministerio del Interior. Así lo apuntan todos los indicios, y el hecho de que, por ejemplo, tal y como revela El Mundo, el propio Alfedo Pérez Rubalcaba informase personalmente a Rajoy de que la operación se saldaría con la detención de su jefe de filas en Alicante.
El aviso se produjo con una llamada del ministro al líder de la oposición el mismo lunes por la noche, por lo que, cuando Joaquin Ripoll fue conducido a dependencias judiciales, en Génova no les pillaba por sorpresa.
Pero este no fue el único aviso que los populares recibieron acerca de la operación. Según El Mundo, ese mimso lunes el vicepresidente tercero del Gobierno valenciano y ex director general de la Policía, Juan Cotino, conversó con Rajoy y le comunicó que la operación se iba a producir. Las especulaciones en los últimos días se habían desatado en Alicante, hecho que comunicó a su líder nacional.
Sin embargo, las sospechas no llegaron hasta ayer a Ripoll, aunque hacía casi dos años y medio que tenía el teléfono pinchado. La revelación de Cotino, provocó que Rajoy acudiera a pedir explicaciones a la secretaria general alicantina, Mónica Lorente, que intentó tranquilizarle negando todo. De poco sirvió porque, horas después, la llamada de Rubalcaba daba al traste con las dudas que pudieran quedar.
Lo que desde luego queda patente con estas actuaciones, es el control absoluto que ha tenido el ministerio del Interior de la operación. Ni la Delegación de Gobierno en la Comunidad Valenciana ni en la Subdelegación en Alicante tuvieron conocimiento del operativo.
Quizás por ello, el PP acusó rápidamente a Rubalcaba de "montar una operación propagandísitica" de cara a la inminencia del Debate sobre el Estado de la Nación, según dijo Esteban González Pons.