L D (Europa Press) Vic sufrió los efectos del terrorismo el 29 de mayo de 1991 por la tarde, cuando un coche bomba cargado con 70 kilos de amonal junto al cuartel de la Guardia Civil asesinó a nueve personas, cinco de ellas menores. Una décima persona murió atropellada por un vehículo que intervenía en el rescate de las víctimas. Al día siguiente, la Guardia Civil localizó a los autores del atentado en Lliçà d'Amunt, que murieron en un tiroteo.
Este sábado, en el homenaje al que no quisieron asistir los sindicatos policiales por su utilización partidista, el Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, expuso que tiene un doble sentimiento, por un lado el de solidaridad con las familias de las víctimas, y por el otro el de "pesadumbre por no haber conseguido erradicar el terrorismo".
Rubalcaba afirmó que no sabía cómo dirigirse "a las personas que han sufrido un golpe tan duro". El ministro reconoció que aunque no tenga hijos está convencido de que "no hay experiencia tan dura como perder a uno de ellos".
Además, indicó a las familias que cuentan con "la responsabilidad y con el apoyo firme del Gobierno", ya que trabajará, dijo, "hasta que se acabe con el terrorismo y se pueda reparar el dolor de las víctimas". En este sentido, recordó, que la nueva ley de las víctimas –que espera aprobar en esta legislatura– "cambiará mucho las cosas".
Rubalcaba citó las declaraciones que hizo pocos días después el en aquellos momentos presidente del Gobierno, Felipe González, quien dijo que esperaba que "todos los terroristas" empezaran el siglo XXI "en la cárcel". El ministro afirmó que en eso están trabajando.
También añadió que, aunque los atentados hayan disminuido, durante sus años en el Ministerio de Interior ha aprendido que "matar es fácil y por muy debilitada que esté ETA, aún puede hacer mucho daño".
El presidente de la Generalidad, José Montilla, utilizó palabras parecidas a las del ministro y recordó que aunque ETA esté debilitada "no quiere decir que no pueda volver a golpear". Montilla insistió en la idea de que para hacer frente al terrorismo se necesita "democracia, unidad cívica y social".
Montilla también recordó que el acto de esta mañana era "esperado y pendiente", y que quería ser "una expresión solemne del recuerdo y el rechazo a todas las expresiones del terrorismo".
El presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (Acvot), José Vargas, fue muy breve en su discurso, y recordó que desde su asociación no han permitido "la utilización política del dolor de las víctimas, ya que seria prostituir su recuerdo y su dignidad". Añadió que tampoco lo permitirán en el futuro.