El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, viaja el lunes a Rabat como emisario del Gobierno con el objetivo de dar por zanjada la crisis diplomática, que Interior califica de "malentendidos". El Gobierno quiere rebajar "fuera de los focos" la tensión en la frontera de Melilla.
No habrá, ni siquiera, una reunión de Rubalcaba con su homólogo marroquí, Taieb Cherkaoui, extremo que se sugirió en un principio pero que Interior finalmente ha descartado.
Esta visita no vendrá acompañada por otra a la Ciudad Autónoma. De hecho, y pese a la petición de las autoridades, nadie del Ejecutivo se ha trasladado a Melilla, como sí han hecho Esteban González Pons y José María Aznar.
Así, el pasado martes González Pons dijo, tras visitar la frontera, que la situación era de "máxima tensión" y Aznar acusó al día siguiente al Gobierno de "dejadez" hacia Melilla, mientras el ministro de Fomento, José Blanco, le llamaba "desleal" por visitar la ciudad en esos momentos, informa EFE.