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Rojo asume definitivamente su papel en Ferraz y dice que Oreja es "uno de los problemas de Euskadi"

Si hay dos políticos vascos que no han cambiado su diagnóstico son Jaime Mayor y Nicolás Redondo. No ha ocurrido lo mismo con el socialista alavés Javier Rojo desde que ocupó el cargo de su compañero defenestrado en la Ejecutiva de Ferraz. Ahora dice que Oreja es parte del problema y que dudar del PNV va contra la Ley de Partidos. A Redondo le recuerda que para frenar al nacionalismo ya está el Pacto Antiterrorista. Olvida el episodio de Navarra.

(Libertad Digital) En el origen de todo está la frustración de un político que quería convertirse en diputado general de Álava. De hecho, era la moneda de cambio para aupar a Alfonso Alonso a la alcaldía de Vitoria siguiendo la consigna del “no les va a salir gratis”. En nada se parece este clima al que se respiraba cuando Nicolás Redondo dirigía el PSE y se avistaba la alternancia real al nacionalismo vasco. Pero coincidir con Mayor Oreja en la defensa de la libertad le costó el puesto, sentenciado por PRISA y ejecutado por Ferraz –aunque Zapatero presumiera de suscribir la política de Redondo de cabo a rabo– en una campaña sin precedentes. Por aquél entonces, Rojo parecía el sucesor natural de Redondo junto a Rosa Díez y socialistas coherentes como Carlos Pera o Carlos Totorika. Pero en poco tiempo, Rojo ha sucumbido ante el propio Patxi López –que por cierto, parece desaparecido de la escena– y ante la tradicional ansia de gobernar del PSOE de Madrid. El puesto que dejó vacante Redondo en la Ejecutiva, lo ocupó Rojo.

Este miércoles, Mayor y Redondo volvían a poner el dedo en la llaga con los argumentos de siempre: la Constitución, el Estatuto y la unidad de España. En el otro lado, el peligro real de un plan que ya está en marcha y que supone la ruptura total de las instituciones, el Plan Ibarretxe. Por eso Mayor Oreja dijo en Aranjuez que el PNV “ya no actúa como un partido político sino como un movimiento nacionalista”. Y por eso, Redondo abogó –coincidiendo con él– por un “gobierno fuerte”, una mayoría absoluta que no esté tentada de pactos con los nacionalistas (también en Cataluña, que prepara un Estatuto igual de rupturista). Reconoció Redondo que la idea perjudica al PSOE, pero –en esto hace tiempo que perdió los complejos– beneficia a España.

Oreja es el problema y Redondo confunde a la opinión pública

Con este horizonte, Javier Rojo no ha dudado en arremeter contra los dos, su adversario y su ex jefe. De las apreciaciones de Oreja sobre el PNV dice que es "ir contra la ley de partidos que determina claramente que aquí no se persiguen ideas sino comportamientos y actitudes”. En declaraciones a la agencia EFE, explicó que "las ideas, cada uno las que quiera, más o menos radicales, pero todas democráticas, y lo que hay que hacer es que todo el mundo esté en los principios de nuestro ordenamiento jurídico, y si no, instrumentos tenemos".

Pero las acusaciones y reproches fueron creciendo: "no hace falta que (Oreja) nos aconseje tanto. Le pedimos que se comporte como un partido democrático, porque la pluralidad existe, aunque el señor Mayor Oreja no crea en ella". Empieza a coincidir con quien nunca antes lo había hecho. Hay más: "uno de los problemas que tenemos en Euskadi es él. Mayor Oreja es parte del problema, por esa actitud tan dogmática que adopta como presidente del PP, donde todo el que no piensa como ellos parece que no tiene sentido que haga política en Euskadi".

Invocar el Pacto Antiterrorista aunque se viole

Por otra parte, Rojo contestó también al ex secretario general del PSE Nicolás Redondo Terreros, que abogó por un pacto PP-PSOE en defensa de la Constitución y por un acuerdo entre ambos partidos para que tras las próximas elecciones ninguno de ellos pacte con partidos nacionalistas que quieran superar el marco constitucional. Rojo aseguró que "me parece un error que se pueda confundir a la opinión pública sobre los acuerdos que el PSOE tiene que hacer con el PP".

En este sentido, el socialista alavés recurre al Pacto Antiterrorista como la solución que se dieron PP y PSOE olvidando que desde entonces, el PSOE se ha encargado de ponerlo en la cuerda floja en situaciones muy concretas, la última, llegar al poder municipal en Navarra con el apoyo de independentistas, no ya del PNV sino hasta de plataformas abertzales. Dice Rojo que "el pacto por las libertades y contra el terrorismo garantiza plenamente el que van a prevalecer los principios constitucionales y el ordenamiento jurídico que tenemos. Está escrito todo ya, y no creo que el PSOE deba suscribir ningún nuevo pacto con el PP, porque ya está inventado lo que había que hacer".

Una vez que está "garantizada" esa unidad frente a una posible quiebra constitucional, Rojo matizó que "el PSOE es un proyecto autónomo, con su propia política, que lo que tiene que aspirar es a ser la alternativa al PP en España y ser la alternativa democrática al nacionalismo". El problema es que la premisa de que está garantizada la unidad se ha demostrada falsa.

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